Hoy acaba ya una semana llena de grandilocuentes procesiones por nuestras calles, golpes de pecho de propios y extraños ante las distintas imágenes religiosas que salen de los templos sobre legiones de cofrades; miles se han presignado ante cada uno de los tronos. Sin duda, todo un reclamo turístico que da riqueza temporal, como un monumento más; pero no he podido evitar pensar estos días en el significado religioso que los cofrades dicen que tiene todo lo que envuelve a este acerbo popular. Inevitablemente, he recordado un fantástico film protagonizado por Richard Gere, “Invisibles”, donde encarna a un sin hogar, desahuciado por la sociedad, alejado de su hija quien le reprocha que suelen ser los padres quienes se ocupan de sus hijos y no al revés, un hombre que, en conversación con otro en su misma situación, en plena calle de Manhattan, donde pasa los días enteros, le dice “¡Soy una persona sin hogar. No existo, no existimos!”, la viva imagen de nuestro país hoy.
No parece que existan para las cofradías estos días, mostrándonos cuántas flores más le han bordado en oro al manto de la virgen, tampoco para la inmensa mayoría de quienes han mirado impasibles el pan de oro que recubre cada trono, como impasibles pasan junto a un sin hogar por la calle cada día; los miles de espectadores en esta Semana Santa contrastan con las 40.000 personas sin hogar que viven en España, según estimaciones de Cáritas.
Cada vez más, los rasgos de las personas sin hogar son similares al resto de la población; ha crecido el número de jóvenes, de mayores de 45, de mujeres y de parejas con hijos; causa principal, pérdida de vivienda y empleo, aunque son muchísimas las personas que, aún teniendo trabajo, no tienen hogar; ésta es la cruz de nuestra sociedad, con la que cargamos en un vía crucis que nos hace más inhumanos. Lejos de luchar contra esta situación, el gobierno de Rajoy sigue sin hacer nada para paliar las consecuencias de sus políticas; a pesar de aprobar un plan estratégico, siguen sin dotarlo presupuestariamente y sin plantear actuaciones concretas, y urge, así no tendrán los devotos que rezarle tanto a las imágenes que han paseado estos días. Y en lo cercano, nos encontramos con medidas nefastas, me refiero a la instalación en la capital de bancos con brazos en el centro para evitar que nadie pueda utilizarlos para dormir, ahora, eso sí, hemos podido comprobar que el alcalde capitalino ha pulgado sus pecados saliendo de penitente el miércoles en el ‘Prendimiento’, y sus acólitos lo hacen hoy.
El relato bíblico cuenta cómo Jesús de Nazaret dice a sus discípulos aquello de “Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis,… cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo”, de esto dará cuenta la ciudadanía en algún momento, porque, como dijo Aristóteles “No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”.
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