Incumplir, reprogramar y endeudar

En mundo dominado por la inmediatez, tener memoria es un gesto revolucionario. No importa nada que no sea el ya o el ahora desnudos de cualquier ligazón con el pasado, para ir modificando la realidad de nuestras manifestaciones, de nuestras acciones y hasta de nuestros pensamientos. El periódico de ayer, ese ejemplo de irrelevancia que se explicaba hace años a los alevines de reportero, ha quedado momificado por el vértigo de las redes sociales y las pantallas que vomitan fotos y datos. Pero yo no me resisto a seguir recordando. Por ejemplo, en junio de 2016 la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, anunciaba que muy pronto se retomarían las obras de la autovía del Almanzora, que la Junta “había tenido que reprogramar debido a la crisis y por la obligación de priorizar y blindar la Sanidad, la Dependencia, la Educación”, dijo. Ojalá todos pudiéramos reprogramar nuestras promesas y compromisos con la facilidad de algunos políticos. Pero no voy a eso. Fijémonos en el ya y en el ahora. En junio de 2017, un año después, doña Susana ha vuelto a hablar de esa autovía, cuyas obras siguen muertas de risa. ¿Y qué ha dicho nuestra Presidenta? Pues que va a pedir un crédito al Banco Europeo de Inversiones para hacerla. Y se ha quedado tan ancha. Es decir, que la Junta de Andalucía, que anunció en sus Presupuestos de 2017 el reinicio de unas obras comenzadas hace treinta años, admite ahora que va a tener que endeudar a los andaluces para retomar los trabajos. Es decir, que al retraso acumulado habrá que añadir ahora los plazos del préstamo. De los intereses… ya ni hablamos. Pues este es el modelo de gestión de la Junta del PSOE de Andalucía, donde todo es fantástico y sensacional. Ahora ya sólo falta que algún consejero salga diciendo que el Gobierno Andaluz está reprogramando la reprogramación de la autovía y que Rajoy es un tipo áspero que odia a Andalucía. Y a vivir.