La psicología en el deporte de competición

El entrenamiento mental dentro del ámbito deportivo está cobrando cada vez mayor popularidad. Sí, utilizo el termino popularidad porque, en realidad, la faceta psicológica dentro del ámbito deportivo lleva siendo estudiada desde el siglo pasado. Cada vez se pone más el foco, a la hora de explicar porqué un deportista gana títulos, en su capacidad mental. Si no me creéis solo tenéis que escuchar a Antonio Lobato hablando de las sobrehumanas capacidades psíquicas de Fernando Alonso; cada victoria de Carolina Marín achacada a su preparación psicológica o en la magnífica manera en la que Simeone se dirige a sus jugadores. 
Ya no resulta raro escuchar o leer a deportistas que hablan de los beneficios que la psicología deportiva les ha aportado en su carrera. La Judoka Eva Calvo y Jorge Lorenzo son buenos ejemplos. También, hay clubes como el Celta de Vigo o el Futbol Club Barcelona que cuentan o han contado con un psicólogo deportivo en su cuerpo técnico. Es normal su auge, teniendo en cuenta el hándicap que le supone para un entrenador, un deportista, un árbitro o un equipo, no conocerse, no estar comprometido con sus objetivos o no saber cómo superar las situaciones difíciles que se les presentan.
Al final, los deportistas, aunque suene obvio, son personas que se enfrentan a tomas de decisiones importantes en muy poco tiempo. Situaciones que, de hecho, conllevan un gran esfuerzo, planificación y sacrificio. Todo esto encaminado siempre a la consecución de un objetivo. Podréis entender, así, que un tenista sea capaz de romper una raqueta en plena competición; que grite de euforia cuando gana un título o que un atleta se ponga a llorar cuando tiene una lesión leve y se pierda una competición. Sí, es verdad que, para afrontar estas situaciones, sobretodo en el ámbito profesional, haya un cuerpo técnico con fisioterapeutas y médicos que se dedican a trabajar para solventarlo. Aun así, está comprobado que combinar el trabajo psicológico con estas otras disciplinas es beneficioso. 
La psicología deportiva se encarga de dotar al deportista de las habilidades necesarias para generar expectativas creíbles, afrontar dudas, ayuda a generar cierto grado de control e incluso cuando la situación sea difícil. La psicología es una gran herramienta para lograr que una persona se conozca a sí misma y se rete. Y a consecuencia de esto último, también resulta una herramienta útil a la hora de mejorar el rendimiento. Los deportistas siempre son conscientes de su margen de mejora y en muchos casos no se deciden a dar ese paso. Desde la psicología del deporte les ayudamos a detallar cómo llevarlo a cabo, qué situaciones se van a dar y cómo van a responder. Al final, se pretende que el deportista tenga la menor sensación de incertidumbre.
Magic Johonson decía lo siguiente, “No te preguntes qué pueden hacer tus compañeros por ti. Pregúntate qué puedes hacer tu por ellos”. Es una pena, pero en los deportes de equipo esto no siempre es así. En estos, cada deportista puede tener sus propios objetivos pese a que luchen por uno en común. Por ejemplo, en un grupo tan amplio como es el de un equipo de fútbol, hay deportistas que no juegan un partido en todo el año. Esto puede producir conflictos, porque todos quieren jugar el mayor número de minutos posibles. También, hay jugadores que no consiguen adaptarse al sistema de juego y entrenadores que no saben cómo ubicarlos, lo cual suele derivar en un conflicto entre jugadores y entrenadores. Además, en un deporte como el futbol, se unen 23 jugadores diferentes que pueden tener roces y que responden de manera diferente ante la misma situación. 
Aparte, en los grupos, las emociones pueden llegar a ser extremadamente contagiosas. Ante una mala situación el pesimismo se extiende por un grupo como la peor enfermedad. Por lo tanto, se muestra imprescindible dentro de un equipo, tener unos objetivos bien establecidos, hacer una buena lectura de las competiciones, ayudar a que cada deportista sepa con total detalle qué debe hacer en cada momento y hacer que los jugadores se sientan identificados con el equipo, independientemente del rol que ocupen en el equipo.
Para finalizar, me gustaría decir que no solo trabajamos para que los deportistas y los equipos rindan mejor, sino que les ayudamos a lograr un crecimiento personal. De hecho, los deportistas y técnicos entrenados psicológicamente están mejor preparados para enfrentarse a las situaciones que les ponen a prueba, además de conformar grupos mejor cohesionados.

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