Linchamiento o justicia

`Todo el mundo acabamos por decir lo primero que se nos ocurre, abrumados por millones de imágenes`

Enrique Arias Vega
01:00 • 23 jul. 2017

Hay dos frases populares que me parecen profundamente certeras. Una dice que “un camello es un caballo dibujado por un comité”. O sea, que cuando todo el mundo mete mano a algo la consecuencia es desastrosa. La otra aún resulta más inquietante: “Si quieres que algo no funcione crea una comisión”.
Ese desastre y esa disfunción comienzan a ser notorios entre nosotros, sobre todo al hablar de los temas de corrupción.
En base a mezclar los asuntos y las personas, a no saber ya qué se juzga ni a quién, en concepto de qué va la gente a los Juzgados —si alguien está procesado, simplemente demandado a acude sólo como testigo—, nos estamos metiendo en un berenjenal de cuidado. Todo el mundo —políticos, periodistas, tuiteros, gente de la calle…— acabamos por decir lo primero que se nos ocurre, abrumados por millones de imágenes que ya no sabemos ni cómo interpretar.
Para añadir aún más confusión, están luego las comisiones parlamentarias de investigación; es decir, las que crean los políticos para condenar a sus oponentes, sin importarles que los sucesos que tratan se estén viendo en un Juzgado, se hayan visto ya o todavía se estén por ver. O sea, que los ciudadanos acabamos por no saber qué se está dirimiendo ni porqué, si se trata de algo nuevo o es un tema resuelto ya en otra instancia.
Con todo esto, algunos tenemos la sensación de que lo que menos importa aquí es la justicia y sí, en cambio, el linchamiento de los que no opinan como nosotros, sean o no culpables de algo: por eso, conocida la composición de cualquier comisión, sabe ya el resultado de antemano, antes incluso de que haya comenzado su funcionamiento.
Si esto es justicia, que vega Dios y lo vea.







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