Supongo que habrá gente bienintencionada que piense que a los miembros de la Mesa del Ferrocarril de Almería -también llamada Mesa del Ferrocarril del PSOE- sólo les ilumina el legítimo deseo de mejorar las conexiones ferroviarias. Y como éstas son una verdadera birria, parece que todo cuanto hacen o dicen está cargado de razones de peso. Ahora bien, para la resolución de estas graves carencias es necesario que se den pasos administrativos, se planteen proyectos y se comiencen los trámites previstos por ley para el inicio de las obras. Y es justamente lo que está pasando ahora. Pero cuando además de la mejora ferroviaria el objetivo paralelo de la Mesa es el mantenimiento de un permanente frente de confrontación contra un gobierno que resulta incómodo al 99% de sus componentes, no habrá nada que les pueda suponer una satisfacción, por mínima que sea. La prueba más evidente la tenemos con la pajarraca que están montando, en coordinada coreografía con el Grupo Municipal del PSOE, por las molestias que van a causar las obras de eliminación del paso a nivel del Puche. Desde que tengo memoria informativa de esta ciudad se viene hablando de esa obra, y cuando por fin se licitan las obras, la Mesa y sus escaños asociados se quejan y protestan con rabia. Tanto es así, que se han puesto en contra de un proyecto consensuado entre Ministerio de Fomento, Ayuntamiento de Almería y Junta de Andalucía. Repito: y Junta de Andalucía. Los técnicos de estas tres administraciones han acordado que el plan licitado es el más rápido, seguro y barato. Pero eso da igual a los maullantes miembros de la mesa de camilla ferroviaria: ellos tienen un plan alternativo mucho mejor, faltaría más. Hay veces que, hasta llevando razón se puede acabar perdiéndola. Incomprensiblemente, la Gata Flora no ha sido nombrada aún mascota oficial de la Mesa.
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