Cuando mentir sale gratis

De nada sirve llorar sobre la leche derramada, pero la reciente declaración del ex ministro socialista Solbes en la comisión parlamentaria que está investigando –con casi una década de retraso- la crisis financiera española habrá puesto de mala leche a más de uno. Sobre todo, porque una vez más ha quedado demostrado lo fácil, lo barato y lo rentable que sale la mentira para algunos políticos. Nueve años después, el que fuera máximo responsable de la economía española en el Gobierno de Zapatero, Pedro Solbes, admite no sólo haberse equivocado, sino también haber evitado decir la verdad que su Gobierno conocía. Y hay más. 
El señor Solbes ha admitido que cuando se presentaron a las Elecciones Generales de 2008 ocultaron deliberadamente la crisis de la economía española y las negras previsiones de futuro a corto y a medio plazo. “Nos quieren meter miedo”; “La economía española está en la Champions League”, decían los socialistas. Y ganaron. Zapatero repitió en la Moncloa y también acabó presidiendo el mayor desastre económico de la historia reciente de España al explotar la burbuja financiera que habían propiciado. Ello causó el cierre de miles de empresas, el desempleo de miles de personas e hizo necesaria la adopción urgente de una serie de tremendos recortes de cuyo efecto aún nos seguimos recuperando. Qué extraordinario resulta poder escuchar ahora, tanto tiempo después, que los efectos que conocimos y padecimos tuvieron buena parte de su origen en una deliberada campaña de ocultación de la verdad. Hubo muchos que creyeron a Solbes (aquel inolvidable debate contra el popular Pizarro, con un ojo a la virulé) igual que muchos creyeron al ex presidente José María Aznar cuando aseguró que el régimen de Sadam Hussein ocultaba armas de destrucción masiva en Irak que luego jamás fueron encontradas. Las mentiras de Aznar le siguen pasando factura a día de hoy. Está por ver que a Zapatero, ese referente político del pasado para muchos socialistas del presente, le pase lo mismo.