El enemigo a batir

Marta Bosquet
23:27 • 09 may. 2018

Con unos cuantos logros por barba y viento en popa a toda vela, no surca las encuestas sino vuela, un partido naranja.  Equipo de moda lo llaman, por su bravura y auge temido y poco a poco siendo conocido y reconocido de uno a otro confín...


Convertirse en enemigo a abatir por todos no es tarea fácil. Hay que trabajar, ser capaz de sentarse a consensuar para buscar mejoras comunes, que alcancen al conjunto de los españoles por igual, sin buscar intereses propios. Hay que ser capaz de decir lo mismo en todos lados y querer lo mismo para el conjunto, aunque ello conlleve que les gustes muy poco a una parte del mismo, porque no caes rendido a sus rogativas cuando sabes que perjudican al resto del todo.


Actuar con sensatez no es tarea fácil, lo es mucho más dejarse llevar por el resto y doblegarse ante lo adverso. Pero también es cierto que si se hiciera eso, se pasaría a ser uno más. Uno como todos. Uno que ha venido a hacer más de lo mismo. Uno que no quiere cambiar nada. Uno que no está dispuesto a decir o hacer lo que algunos no quieren escuchar.



Y no, no hemos venido a eso. No hemos llegado hasta aquí por eso, sino precisamente, por lo contrario, y lo más valioso de todo es que los ciudadanos lo están percibiendo y lo valoran. Hablar claro no debería de costar trabajo. Decir verdades no debería pasar factura. Lo que sí debería computarse en el débito de forma automática es engañar, y no, tampoco estamos aquí para eso.

El bipartidismo está herido y pasándole factura los errores del pasado. Demasiados desaciertos, demasiadas mentiras, demasiadas corruptelas, demasiado de todo…Las malas compañías tampoco son buenas, y si te echas a los brazos y condiciones de los nacionalismos y durante años has supeditado la estabilidad a los intereses de esos pocos, al final se revuelven, porque cada vez quieren más y los que quedan se agotan de ello.



Como cita un medio ante el resultado de CIS: “El bipartidismo tiene motivos demoscópicos para sentir que va hacia las urnas por un despeñadero.


Y producto de ese pánico a desaparecer como únicas alternativas en el panorama político, se alinean en una simbiosis indecente en todo aquello que no les interesa modificar: designación de cargos del Banco de España, aforamientos, reforma de ley electoral, la RTVA, mayor independencia del poder judicial y ministerio fiscal, etc.



¡Es obsceno los compañeros de cama que hace la política ante un adversario común! Es impresentable que sigan actuando a dedazo en un cuarto oscuro y alentados por los nacionalismos que ven también peligrar su juego ante la imparable llegada de la “primavera naranja” como ellos mismos, retratando su calaña, denominan a las legítimas aspiraciones de un partido limpio que quiere llegar a los gobiernos para cambiar las cosas en este país de una vez por todas. Para que se empiece a jugar limpio, para que haya oportunidades para todos demostrando la valía y la capacidad y no el amiguismo, clientelismo, cainismo y despotismo.


Dejen de estar preocupados por las encuestas, el partido aún no ha acabado. Hay que seguir trabajando. O ¿no se dan ustedes cuenta que los enemigos a abatir no somos nosotros, no es Ciudadanos, sino lo que siempre debería de haberles preocupado? situación económica, paro, corrupción y los que quieren fracturar el país. ¡ah! disculpen se me olvida otra…los que no quieren cambiar nada para que todo siga igual…. ¿les suena de algo?


Nosotros somos muy prudentes porque las decenas de encuestas que han salido desde hace meses no tienen que ser más que una motivación para ver que la victoria está cerca y no es coyuntural. Tenemos un proyecto coherente para todos los españoles que, cada vez, parecen querer pasar la página del bipartidismo. 



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