Al vent

Antonio J. García, Ché
07:00 • 17 may. 2018

Curioso lo que le ocurrió al cantautor y músico callejero Luis Martínez García, Lumaga, cuando se encontraba, como tantas mañanas, guitarra en ristre con la funda abierta a sus pies para recoger las monedas con las que le recompensan los viandantes por amenizarles sus rutinas con sus cánticos en la confluencia de Reyes Católicos con Méndez Núñez. Mientras interpretaba un sentido y melancólico Fado portugués se le acercó un individuo increpándole de malos modos si no estaría cantando en catalán. Tras aclararle Luis que no era catalán, sino portugués, pero que si fuera catalán qué más daría, esta persona le respondió amenazadoramente: que te echaría de aquí ahora mismo. 


Quedan lejos los tiempos en los que, además de admitir y tolerar el uso del catalán musicalmente en pleno franquismo, se aplaudía no sólo su carácter reivindicativo respecto al uso normalizado de esta lengua en el mundo musical, sino también la denuncia de las injusticias del régimen a través de las letras de sus canciones. A pesar de las múltiples restricciones administrativas en cuanto a su producción y difusión, la Nova Cançó, durante los años sesenta y setenta, aglutinaba cada vez más seguidores no sólo en Cataluña sino que artistas como María del Mar Bonet, Pi de la Serra  o Lluis Llach eran admirados en todo el territorio español, por no hablar de Joan Manuel Serrat.


Las presentaciones y actuaciones de estos cantantes en Madrid eran todo un acontecimiento a nivel cultural, como así queda reflejado, por ejemplo, en Más dura será la caída, capítulo 20 de la octava temporada de Cuéntame cómo pasó, en el que Eugenio asiste a un concierto de Raimon. Artista éste cuyo matico tema Al Vent, burlada la censura, le valió para presumir de modernos a Manuel Fraga: No pasa nada porque haya un tema en catalán, llegó a decir. 



Incluso productos no tan amables, sino mucho más marcianos como Jaume Sisa, gozaron de gran popularidad en todo el estado. Icono de la contracultura underground catalana, Sisa, músico de carácter bohemio y de difícil calificación, se autodefinió como galáctico mucho antes que el Real Madrid se apropiase del término. 


Marlango, Sidonie o Love of lesbian son algunos de los muchos grupos españoles que, estando en su derecho, han decidido expresarse en inglés sin levantar por ello ninguna suspicacia. Cabe preguntarse qué ha pasado en la sociedad española, qué cable se ha cortado, para que a un tipo de Burgos, por ejemplo, vea normal que alguien de Calatayud cante en inglés y le ofenda que uno de Barcelona lo haga en catalán. 





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