El nombramiento de Guirao puede traer cambios en el PSOE

Juan Torrijos
00:30 • 26 jun. 2018

En política, lo razonable hasta ahora era que los ministros de provincias sin puesto en la candidatura de Madrid, encabezaran las listas de las mismas, lo que nos llevaría a ver como Pepe Guirao se nos convertiría en el número uno del PSOE por Almería a las próximas elecciones generales. ¿Se puede dar esa circunstancia? Si el paisano se mantiene como ministro de Cultura, evidentemente. Sus amigos en Almería aseguran que no está por la labor de volver a la política almeriense, y es posible que esa sea su intención, pero no olvidemos que es muy difícil decirle al hombre que te ha hecho ministro que no quieres ayudarle a ganar las elecciones donde él crea más oportuno. Y lo más oportuno es ese apoyo en Almería, le puede decir. ¿Se va a producir esa oferta? Es pronto para asegurarlo, no cabe duda, pero darse se puede dar, si como nos imaginamos la trayectoria de Guirao en el ministerio sigue el camino de su profesional vida hasta ahora en el mundo de la cultura. Tiene una ventaja en Almería, su imagen. Si nos asomamos a lo que los medios han contado y cantado de él, estamos ante un hombre que dejó un poso de buen hacer en Almería, y no sólo en los sectores culturales, que en ellos se puede entender. La izquierda lo adora, la derecha lo respeta. En Almería su nombramiento como ministro de cultura ha sido casi un tsunami político, y la rendición ante su nombre y su trayectoria ha sido unánime. En los mentideros políticos del PSOE se daba casi como seguro que el catedrático de la UAL y miembro del federal del PSOE, Fernando Martínez López, sería el candidato a encabezar la lista del partido. Si se hace realidad lo manifestado más arriba, y teniendo en cuenta que de número dos iría una dona, el puesto tres no parece el más correcto para el actual hombre de Pedro Sánchez en Almería. ¿Subdelegado del gobierno, Europa, Senado? La subdelegación le puede llegar mañana, Europa el año que viene, el Senado cuando decida Sánchez convocar elecciones. En su entorno se asegura que él prefiere ser “maestro de ceremonias”. No es mal trabajo, pero pienso y creo que Fernando tiene la picadura de la política metida hasta el tuétano, que la alcaldía le dejó el regusto en el trabajo y la gestión y que lo de responsable de ceremonias queda bien para los jubilaos. El futuro político puede cambiar con pasar una página. 






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