Experiencia de drama en la Feria de la noche

Juan Torrijos
07:00 • 22 ago. 2018

Y eso que fue la del primer sábado de feria. Llegamos unos amigos en el servicio de autobuses. Buen viaje. La vuelta tuvo sus inconvenientes, pero llegaremos a ello. Unas tapas de buen pescaíto en el viejo y eterno Nevada, cerrando con unos gloriosos riñones abrieron la noche (en el Nevada siempre es feria) y, ¡a la feria! Sobre las once y media hicimos la entrada en el real. Sin novedad. La juventud y la alegría que desprende sigue siendo el aliciente más glorioso y gozoso de la feria. El colorido de la noche ella lo marca. El cariñena como muestra de buena voluntad y dejamos el “pinchito del auténtico moro” para la segunda. Era hora de la copa y a la pecera, en busca del mojito


La caseta de Iu se convierte durante la feria en el lugar preferido de los nostálgicos. Amalia Román andaba entre planchas y cacerola, gorro en su cabeza, mangas arremangadas y metida en el trabajo de militante activa. Ya digo, pura nostalgia de cuando el militante de partido estaba detrás del trabajo en la feria. En la de los populares, a seis euros el cubata (el mojito de Iu a cinco), un grupo de rock alternativo intentaba levantar con sus letras y su música el ánimo. Por las letras más parecía que estaba uno en una caseta de la vieja CNT, pero no, era el “Cañillo”. ¿No dicen que Casado es la derecha más dura? En la feria de Almería no lo parecía. Le tocaba estar de servicio a Ana Labella y allí estaba cumpliendo guardia. A la una de la madrugada del sábado la caseta del Psoe estaba vacía, la del Csif se encontraba en la misma situación. Las calles habían perdido el color y el calor de las once y media (y era sábado noche). Sólo la caseta municipal mantenía un poco el tipo. Y si era un sábado noche, ¿qué nos podemos encontrar un lunes, un martes y días siguientes? A las dos algún feriante te manifestaba que estaba siendo una noche de ruina. 


No digo que no estuvieran, pero si de los 27 ediles responsables de la feria sólo vi a dos, si los restantes 25 no estuvieron la noche del primer sábado, deberían entender que lo mismo hace el almeriense de a pie, la feria de la noche ha perdido parte de su interés. El retorno en autobús se lo cuento otro día.







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