Un colegio de Níjar cierra por no poder ir la Guardia Civil

La historia la conocen ustedes, no insistamos en ella, pero lo que clama ante el hermoso cielo de esta tierra, lo que nos llena de indignación a los ciudadanos que bajo él vivimos es que ya son muchas las ocasiones en las que la Guardia Civil no está, no aparece, no se le encuentra para un servicio. Hace unos meses les contaba el caso de Canjáyar, donde la casa cuartel de la Guardia Civil cierra unos días a la semana por falta de personal. A la llamada de un vecino por un robo, le indican que se pasarían al día siguiente ¡al día siguiente! que ahora están cerrados y no tienen número a quien mandar a investigar.

En un colegio de San Isidro, Níjar, ha ocurrido algo parecido, tras la denuncia de un robo les indican que no hay número al que mandar al centro en ese momento, que cierren las aulas, que no entre nadie a las mismas y que a partir de la una de la tarde se pasarán por allí. Si pueden, claro. Los niños a sus casas, el colegio cerrado en un setenta u ochenta por ciento y la Guardia Civil de San Isidro, Níjar, en un juicio, por lo que no podía acudir. En la mayoría de los pequeños pueblos de nuestra provincia se vive una situación similar donde los guardias civiles se han convertido en una especie en peligro de extinción.  Y no vemos a los políticos preocupados por ello. Se nos anuncia en estos días que interior va a retirar treinta y dos policías nacionales que vienen trabajando de refuerzo en extranjería; menos seguridad para los ciudadanos, y entendemos que la emigración seguirá llegando y los puestos tendrán que ser cubiertos por números de la comisaría que tendrán que ser sacados de los servicios diarios de calle. Los guardias civiles en peligro de extinción, los policías nacionales en el mismo camino y los políticos aumentando y engordando sus puestos de trabajo a costa de los ciudadanos. ¿Cuándo vamos a preparar un ERE para estos caballeros y los mandamos a sus casas? Un Ere a los políticos en los ayuntamientos, diputaciones, comunidades y estado central. Estamos cansados de que nos digan que ellos son la democracia y que cuanto más número de ellos, mayor democracia disfrutamos. ¡Chupópteros!

Los nuevos que han llegado a Andalucía prometieron ahorrar, pero doña Marta Bosquet no está por la labor. Del presupuesto no se rebaja ni un euro, nos lo repartimos. Vergüenza.