Se agota otra legislatura, es verdad que corta e inestable, sin ningún avance en política educativa. Como profesor me siento, una vez más, decepcionado con nuestros gobernantes. Nosotros creemos que, además de instruir académicamente a nuestros chicos y chicas, es fundamental educarlos con un sistema de valores donde la ideología y el adoctrinamiento se queden en la puerta de la clase y donde el profesor eduque con el ejemplo buscando formar personas que respeten a los demás ya que el verdadero demócrata es aquel que valora al que piensa diferente e intenta unir y no dividir. Sin embargo, los políticos no quieren ser conscientes y, los profesores, sentimos vergüenza del ejemplo contrario a la educación que día a día ofrecen a los ciudadanos.
He llegado a la conclusión de que es imposible alcanzar el Pacto Educativo porque estos señores se dedican permanentemente a buscar el enfrentamiento ya que ni creen en la educación ni les interesa otra cuestión que no sea la demagogia en pro de sus intereses. El 28 de Abril se celebran Elecciones Generales y, el próximo 5 de Marzo, se disuelve el Parlamento. A pesar de que no es posible tramitar leyes, el Consejo de Ministros anuncia una nueva Ley Educativa (la LOMLOE) que no puede llegar ni al Congreso y, de forma unilateral, (sin consultarnos a los profesionales, como ocurrió casi siempre en el pasado, ni al Consejo Escolar ni al Consejo de Estado…) con un estilo más propio de un gobierno autoritario que democrático cuando, paradójicamente, este gobierno siempre ha hablado de diálogo. Por tanto estamos ante el enésimo ejemplo de lo ha sido la Educación en nuestra querida España y lo poco que le ha importado a nuestros responsables públicos porque, si de verdad tuviesen algún interés, hace ya décadas que se habría llegado a un gran acuerdo sacando a la Escuela de los vaivenes políticos para dejarla en manos de unos profesionales bastante hartos ya de tanta ley, plan de estudio y legislación de unos contra otros. No han entendido estos señores lo que significa la palabra democracia, es decir, tener en cuenta y respetar hasta el final al que piensa diferente a nosotros y buscar la mayor suma de voluntades posible porque, como decía Ortega y Gasset: “La verdad absoluta es la suma de todos los puntos de vista.” La persona es punto de partida de la educación, los alumnos son nuestra razón de ser y los profesores ese referente que trata de descubrir el talento de cada estudiante.
Así pues, ¡dejen ya de controlarnos!, ¡dejen ya de confundirnos!
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