Que el humo no ciegue los ojos

Vivimos unos tiempos en los que nadie podría salir indemne de la transcripción de sus propios pensamientos. No me siento capaz de adivinar el alcance final de este temor a la propia sinceridad, pero supongo que los sociólogos del futuro podrán establecer dentro de algún tiempo el cambio social producido por el miedo a ser divulgado y proyectado sin los habituales filtros y protocolos de prudencia social, política o empresarial a los que nos sometemos a diario.

Siempre que se publica un mensaje fuera de contexto o se da a conocer una frase captada por un micrófono que se pensaba cerrado, tiendo a pensar que el primero que debería verse afectado por esa manía de dar a conocer la intimidad ajena sería el autor o responsable de esa misma filtración.

Ahora está dando muchas vueltas la grabación de un comentario de un miembro del PP en el Parlamento Andaluz, el almeriense Pablo Venzal, que en el transcurso de una sesión plenaria pregunta retóricamente al también parlamentario almeriense de VOX, Rodrigo Alonso, que si lo de presentar una enmienda a la totalidad del Presupuesto del nuevo gobierno de la Junta  (PP-CS) es verdad o fruto de alguna alucinación. “¿Pero tú es que estás fumao?” se escucha a través de un micro que se quedó abierto. Y claro, no ha faltado quien ha querido atribuir la literalidad de lo coloquial a la formalidad de un acta plenaria. Y todos sabemos que no es así. Pero lo que de verdad sería estupefaciente es que una combustión inadecuada de los egos y los gestos acabase nublando el panorama de cambio que por fin empieza a despuntar en nuestra comunidad. Y es que la hoguera de la vanidad desprende un humo que puede cegar los ojos precisamente ahora, cuando Andalucía necesita una mirada despejada sobre el horizonte venidero. Así que a ver si nos dejamos de regomeyos impostados, de dignidades agredidas y hacemos posible que el sentido común demuestre que, efectivamente, otra Andalucía es posible.