El diputado de Ciudadanos Andrés Samper dimite por “cutre”

Y perrillero. En este país los políticos traspapelan millones de euros y no pasa nada, subvencionan con millones en cursos a amigos y amiguetes y tampoco, falsifican o copian tesis y tesinas y se ríen del mundo, se inventan los ERES y hasta los defienden algunos jueces o juezas, pero uno intenta llevarse unas perrillas de nada, veinticuatro (24) euros por viaje, lo pillan y a su casa. Por “cutre”, por tonto y por intentar engañar al personal. Andrés Samper, del que escribíamos aquí hace un par de semanas por salir como un toro a defender a su compañera de educación. No con mucha razón por cierto, ya que el compañero Simón Ruiz le sacaba unos días después los colores con una información sobre los colegios rurales cerrados en esta campaña. Lo que no nos podíamos imaginar en aquel momento es que el señor Samper, el político de Ciudadanos, estaba a punto de darnos la noticia más “cutre” del año, vender los viajes a Sevilla en su coche, y el mayor disgusto a su compañero Villegas. Tener que dimitir, perder miles de euros al mes por veinticuatro a la hora de compartir los viajes que le pagan los andaluces nos dice a las claras a qué políticos nos estamos enfrentando. Y parecía serio. Y como persona lo debe ser, pero como representante de los votantes almerienses y del partido de Rivera y de Villegas en Almería no lo parece. “Tonto y cutre político” hasta decir basta. ¿De dónde sacaría Ciudadanos al caballero? A quince días de unas elecciones en las que Cs ya presenta problemas en las encuestas, aparecen los viajes del señor Samper para darle la puntilla a su compañero Villegas en su reelección el próximo diez de noviembre. Imagino el enfado del diputado naranja por Almería en los madriles y con toda la razón política del mundo. Los gritos del secretario general del partido han debido sonar a zafarrancho de combate en la organización y no es para menos. ¿Quién es ese “tonto político” que pone en peligro mi elección por veinticuatro euros? Marta Bosquet, con cara de Magdalena llorosa, se escondía detrás de Juan Marín, Miguel Cazorla, socarrón él, sonreía por lo bajo tapándose la boca con la mano. No dimitas Andrés. El escaño es tuyo y no te van a volver a poner en una lista. Te quedan tres años de buen sueldo y con el invento de los viajes puedes engordar la cuenta familiar del banco.