Los idus de marzo

Los idus de marzo

Kayros
20:14 • 12 dic. 2011
Quizá sea un acierto para la izquierda andaluza haber retrasado las elecciones autonómicas y no hacerlas coincidir con las generales, de lo contrario el PSOE estaría hoy lamentando su estruendosa derrota. Entre el 20-N y marzo hay una cosa que se llama tiempo y el tiempo, como nos enseñara Einstein, relativiza mucho las cosas. No me extraña que el PP haya tenido siempre prisa por apoderarse del poder. El sabe bien que la mayoría de las promesas que se hacen en campaña no se cumplen y que no es lo mismo predicar que dar trigo, o dicho de otra manera, no es lo mismo gobernar que tumbarse en una cama a esperar que pase el cadáver de Zapatero. Ahora el cadáver puede ser don Mariano. Para marzo ya sabremos mucho de la política del PP para salir de la crisis; puede que sea un éxito, pero puede también que si aumentan los recortes y si se le hace pagar al obrero las avaricias sin límite del capitalismo financiero, la gente diga, oiga, mis queridos salvadores, parar no salir de pobres me quedo como estaba. Será también interesante comprobar para esa fecha qué es lo que piensa Izquierda Unida porque de vuelta ya de lo que le ha ocurrido en Extremadura y viendo directamente cómo los ricos son más ricos y los pobres más pobres, puede que surja del hondón de su propia historia revolucionaria un como nuevo impulso de unirse de verdad a la izquierda y no hacerle la pinza o la pirula al PSOE. Hacen falta más cosas, claro está. Las encuestas dicen que Arenas, quien tuvo que presentarse por Almería porque las demás provincias andaluzas no daban un duro por él, está a punto de alcanzar la mayoría absoluta. Esto quiere decir que hay que correr de lo lindo. Los socialistas si no quieren suicidarse como partido histórico y absolutamente necesario para la democracia de este país, deben olvidar sus fracasos internos y dedicarse a trabajar. Se acabaron los días de rosas, los viajes de placer y los coches de alta gama, ahora toca ser socialista, o sea, luchar por una sociedad más justa e igualitaria. El mensaje lo tienen diáfano, basta cumplirlo y que el pueblo lo vea encarnado en los predicadores. Ahora bien, si todo son palabras vacías, si se matan entre ellos, si los hijos de Pablo Iglesias lo que quieren es medrar como tantos otros de la derecha y la izquierda, a lo mejor se dicen como el perdido, al río; que venga Arenas, ¿ya qué más da?






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