Unas elecciones históricas en Estados Unidos

Eduardo Martínez Cosentino Alfonso
07:00 • 15 nov. 2020

Las elecciones presidenciales de este extraño 2020 serán recordadas durante mucho tiempo, en Estados Unidos y en todo el mundo. Han estado repletas de peculiaridades:  la pandemia, los planteamientos contrapuestos de dos candidatos carismáticos, acusaciones de injerencias extranjeras y el rol desaforado de las redes sociales, por mencionar sólo algunos factores clave. Todo ello ha contribuido a que viviéramos una campaña apasionante que dio lugar a una participación histórica, lo que nos habla de una fuerte salud democrática. 


La realidad es que  Estados Unidos es un país extraordinario en todo: en su poder político y económico, en sus dimensiones, en su diversidad. En ocasiones, desde Europa no captamos esa complejidad y tendemos a simplificar, incluso a caricaturizar, entorno a un puñado de tópicos. Grave error. Son los Estados Unidos, el gigante de las grandes ciudades (Nueva York, Chicago, Houston...), de las inmensas áreas rurales del Midwest y de las interminables costas de California. El origen de grandes tradiciones y también de las nuevas corrientes culturales; el país de inmigrantes donde el patriotismo es un activo de todos. Es la tierra de la libertad pero también de la rebeldía frente a la injusticia; del esfuerzo individual y, al mismo tiempo, del sagrado papel de la familia y de la comunidad. De igual forma, la situación del país a la hora de votar estaba llena de luces y sombras. Una situación económica con gran vigor, prácticamente sin desempleo (llegaremos a ver esto algún día en nuestra querida España?). Un primer mandato de Trump donde se consiguió evitar la entrada en guerras (algo inédito). Y no obstante, también problemas gravísimos: un coronavirus descontrolado, crisis sociales por discriminación racial, unas relaciones externas marcadas por el conflicto, entre otros males. 


Pase lo que pase con el recuento final, el Presidente tendrá que afrontar retos colosales en todos los planos: economía, deuda pública, cohesión social, relaciones internacionales. Por eso, y en tanto que Estados Unidos sigue con su papel preponderante, debemos desear todos que ese proceso de proclamación termine pronto y pacíficamente. 



La realidad es que de la política americana dependerán asuntos cruciales que nos importan a todos: la alianza atlántica, el comercio internacional, la defensa de los valores de Occidente. Y también temas de gran trascendencia práctica como los aranceles a productos europeos que ya han perjudicado a industrias andaluzas como nuestro olivar. 


Profundizando mas en el impacto de las políticas arancelarias puedan tener un impacto positivo en nuestro país y en particular en Almeria, creo que un cambio en estas políticas seria algo muy positivo para la provincia en el sector hortofrutícola y el sector industrial, aunque a día de hoy no hay ninguna señal de que esto pueda ocurrir. Pero soy optimista de que las exportaciones al mercado americano de los  productos almerienses seguirán creciendo en los próximos años. 



Solo me queda compartir con ustedes mis deseos de unos Estados Unidos bien cohesionados, con vigor económico, abiertos al mundo y con la voluntad de seguir comprometiéndose con este mundo frágil y volátil en que nos ha tocado vivir.





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