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22:38 • 17 dic. 2011
En apenas diez días LA VOZ ha puesto a disposición de los almerienses tres libros. El primero tiene como argumento el 125 Aniversario de la Compañía de María. El jueves fue la sede colegial de la calle Gerona la que acogió la presentación del libro “Médicos Almerienses”. El martes la cita será en teatro Apolo, con Eduardo del Pino y su “Memoria compartida”, una recopilación de las mejores contraportadas publicadas en este periódico los últimos cuatro años.
Puede resultar curiosa- o no- la coincidencia en tan poco espacio de tiempo de tres aventuras editoriales (un libro siempre es una aventura; no por la incertidumbre del resultado, sino por la pasión con que la recorren quienes en el participan), pero lo que quizá más pueda agradablemente sorprender es que los tres tienen como hilo conductor la búsqueda de la memoria sentimental que compartimos.
Los 125 años de la Compañía no pueden contemplarse como la conmemoración histórica de aquel edificio majestuoso (financiado en su origen con las 71.450 pesetas que aportó la entonces novicia Leonarda Cereceda y diseñado por Enrique López Rull), que se adelantó a su tiempo y fue el primero en acoger a niñas para procurarles una educación a la que, hasta entonces y por circunstancias diversas, tenían vedado su acceso. Entre su arquitectura medievalista que compatibiliza el gótico y el románico ha transitado la vida de decenas de miles de almerienses que aprendieron en sus aulas los primeros y tal vez más importantes instrumentos con los que después se enfrentaron a la vida.
El libro sobre los “Médicos Almerienses” recorre los últimos ciento diez años de quienes han procurado el bienestar- ¿qué es la salud sino la ausencia de malestar?- de los que habitaron y habitamos esta provincia. Es un texto que conjuga historia, academicismo y vida. El rigor con que se cuentan los últimos ciento diez años de vida colegial no busca su antídoto en la sensibilidad con que algunos de sus protagonistas los narran; esa sensibilidad y calidad aportan la carga emocional que lo convierten en un libro seductor, no sólo para los médicos, sino para todos. El Colegio de Médicos, con su presidente Francisco Martínez Amo a la cabeza, ha logrado un libro que cuenta la historia desde la vida.
El tercer libro llegará el miércoles a los kioskos y librerías. Y como los dos anteriores recoge una mirada limpia sobre aquella Almería, a veces tan oscurecida por el viento y la miseria, pero siempre luminosa en el corazón de quienes recorrieron y recorremos sus calles.
Detrás de las historias contadas día a día en la contraportada de este periódico por Eduardo del Pino no está sólo la visión apasionadamente almeriense de quien considera las calles de la ciudad su casa. Están los sentimientos, el alma de quienes fueron y son sus protagonistas. Las “contras” de Eduardo están llenas de melancolía, de personajes perfilados por el claroscuro de un tiempo de grisura en el que, como escribió Miguel Hernández, la basura estaba en las calles y no en los corazones. Sus personajes reflejan el mejor neorrealismo italiano, la mejor ternura de los personajes condolidos del “Plácido” de Berlanga.
Por sus páginas desfilan centenares de personajes que, a su vez y sin pretenderlo, representan a todos los que les rodeaban. Son personajes únicos y corales. Fueron o son como son porque eran parte de un escenario compartido de sentimientos, de desencantos, de alegrías; de esperanzas casi nunca satisfechas. No formaban parte de un paisaje, eran parte del paisaje.
La “Memoria compartida” recoge con el calor de quien ama su ciudad y con el color de quien la mira a través de la pátina del tiempo, unos años que ya nunca se irán. Porque ir a su encuentro será tan fácil como recorrer sus páginas.
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