Fray Luis de León acostumbraba a comenzar sus clases en la Universidad con un “como decíamos ayer” y cuentan que cuando volvió de la cárcel, su primera clase la empezó exactamente igual, como si nada hubiera pasado. Con todo respeto, lo que me pide el cuerpo es empezar igual este artículo, porque después de 15 días en el dique seco, observo que nada ha cambiado en estos para mí larguísimos días. Y me refiero únicamente a lo ocurrido en materia económica. Los fondos europeos, la subida del SMI, la limitación de los precios de los alquileres, la reforma laboral y del sistema de pensiones siguen siendo los asuntos estrella del Gobierno.
Es cierto, que sobre los fondos europeos, se ha producido esta semana la novedad de que ha visitado España la presidenta de la Comisión Europea que con mucho bombo ha entregado, en un acto de los que le gustan a Pedro Sánchez, el plan presentado por España. Sin embargo, a pesar de los parabienes de von der Leyen, de las elocuentes palabras y de las contestaciones en la rueda de prensa, la letra pequeña dista mucho de ser satisfactoria. Para empezar, España recibirá este año, ya veremos cuándo, 8.000 millones de euros menos de los que el Gobierno había presupuestado, aunque a Sánchez esta enorme cantidad de dinero le parezcan calderilla. Además, Bruselas obliga a España a que las reformas de las pensiones y del mercado laboral se aborde por consenso. No quiere de ninguna manera que otro gobierno pueda modificarla. Tampoco cree que el impacto de los fondos en el PIB de España sea el previsto por Sánchez sino la mitad.
Si hablamos del SMI y a pesar de los informes de economistas y sobre todo del Banco de España, absolutamente claros del impacto negativo que sobre el empleo tiene subir el SMI, al Gobierno, al menos a la ministra de Trabajo, parece no importarle y se ha creado su propio comité de expertos que le han dicho lo que quiere oír. Veremos si sale con la suya o Calviño pone pie en pared. Y si nos detenemos en la limitación de los precios del alquiler, tampoco parece importarles la desastrosa experiencia de otros países que lo han hecho o lo ocurrido en Cataluña. Es decir, contracción de la oferta, dinero negro y ninguna bajada de precios. Lo que, por cierto, dicen todos y cada uno de los estudios que se han publicado sobre la materia y que han sido avalados por la experiencia.
Está claro que el Gobierno no ha cumplido su máxima promesa de que nadie va a quedar atrás. Decenas de miles de empresas han muerto, otras tantas van tirando, las ayudas directas aprobadas en marzo no han llegado y el turismo aún es nacional y escaso. Para colmo, el Ingreso Mínimo Vital no ha funcionado, sigue habiendo muchos trabajadores en ERTE y la luz y los carburantes están en máximo históricos. No ha cumplido, así que está tirando de nuevo de algunas de las medidas que cree le van a dar algún rédito, aunque sea a costa del empleo de los más vulnerables o de destrozar el mercado de alquiler.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/217015/como-deciamos-ayer