Cosechar enfermedad

Ya comienzan a remitir las horas de sol y la oscuridad le sigue ganando terreno a la luz diaria, un signo más de que el verano se fue. Los celtas tenían esto muy interiorizado, de ahí sus festejos de Samhein (el final del verano) donde se despedían del dios del Sol, Lugh, al finalizar sus cosechas el 31 de octubre. Una fiesta pagana con connotaciones religiosas al creer que, esa noche, los espíritus de los fallecidos volvían de visita al mundo de los mortales. El Papa Gregorio IV aprovechó que era muy extendido este festejo e hizo coincidir la festividad de Todos los Santos al día siguiente, con lo que la víspera de tal día (en inglés, All Hallows Eve) terminó llamándose Halloween. 

Este año, en Halloween, Andalucía dirá adiós a 8.000 dioses y diosas del Sol, pero de carne y hueso. Ese día, Moreno Bonilla despide a gran parte de quienes han estado al pie del cañón y dejándose la salud durante la pandemia, asistiéndonos con profesionalidad a pesar de los riesgos y consiguiendo que fueran muchas menos las personas a las que añoraremos el 1 y el 2 de noviembre; sí, a estas 8.000 personas también les aplaudíamos cada día a las ocho de la tarde.

Moreno Bonilla dice no tener una “varita mágica” para hacer dinero a modo de mago, sin embargo ha hecho desaparecer 2.357 millones de euros transferidos por el Gobierno de España para mejorar la sanidad, ¿qué ha hecho con tanto dinero?, porque a la atención primaria ya le está dando las últimas cuchilladas al más siniestro estilo de Michael Myers, el personaje protagonista de la saga cinematográfica ‘Halloween’, con ausencia de atención presencial en los centros de salud, donde conseguir cita puede prolongarse hasta casi un mes y, ahora, continua su masacre atentando contra la atención hospitalaria.

En Halloween, Moreno Bonilla le dirá a este personal sanitario aquello de “¿Truco o trato?”, con la salvedad de que, a pesar de haber elegido trato, el presidente de la Junta de Andalucía no les premiará con dejarles tranquilos, al contrario, les hará una gran trastada, a ellos y a todos los andaluces, quienes seguiremos viendo cómo se deteriora nuestra sanidad pública para fomentar la privada entre quienes se la pueden permitir, y cosechar enfermedad entre quienes no se la pueden permitir.