Llevo unos días acordándome del genial Dúo Sacapuntas, famoso en los 80 gracias a la oportunidad que brindó Chicho Ibáñez Serrador – otro genio – al Purga y el Linterna, en el popular ‘Un, dos, tres’ Era típico en ellos, vestidos de toreros, la muletilla aquella de “¿Cómo estaba la plaza? ... ¡Abarrrotaaaaaa!” Y me he acordado de ellos porque, con el respeto a los humoristas, se me representaban al observar una foto del alcalde almeriense y el presidente de Diputación por las calles de Bruselas. Han sido escogidos por el respetable en su partido para tratar de terminar la faena que antes lidió su feje andaluz, Moreno Bonilla que, a su vez, comenzó su jefe supremo Pablo Casado. Pero la corrida comenzó mal y terminó peor.
Al verlos allí pensé que pedían convencer a Moreno de que no cometiera la atrocidad con el regadío en Doñana, u obligar a la Junta a dar marcha atrás con el complejo turístico/hotelero en Genoveses, pleno Parque Natural de Cabo de Gata. Pero no, fueron a seguir haciendo ruido político sobre el reparto por parte del Gobierno de España de los fondos europeos de recuperación, llevándose un tercer revolcón en el albero de Bruselas, donde defienden a capa y espada la gestión de Sánchez. Además, ningún máximo representante europeo en este ámbito se reunió con ellos y el resto de la cuadrilla popular, aunque traten de vender que la plaza estaba “¡Abarrotaaaaaa!” de personalidades europeas, y no fueron ni los suyos. La verdad es que, en Europa, el PP le ha perdido la cara al toro.
Escribía Lorca en su poema taurino ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejía’, “Un niño trajo la blanca sábana/a las cinco de la tarde./Una espuerta de cal ya prevenida”, tan prevenida como la estocada europea a los populares. Además, Andalucía es la mejor parada de España con 1.916 M€, pero gestionan peor que sus diputados usando voto telemático, con el 93% de fondos europeos asignados en 2021 sin ejecutar.
¡Mira que tienen trabajo en Almería, y se van de viajecito! Desde ordenar el cuidado de solares donde acumulan restos vegetales de podas, ocuparse del grave problema de trata de mujeres y menores, o evitar que cubran de cemento los restos arqueológicos del final del imperio romano a los pies de la alcazaba.
En realidad, más que una corrida, han representado una charlotá, mientras Sánchez sale a hombros con las dos orejas y el rabo, contando los años en que seguirá gobernado, como decían el Purga y el Linterna “¡22, 22, 22…!”
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