Cosas chulísimas

“Empiezas a pensar que no eres tú, soy yo, y tal“

Alberto Gutiérrez
12:44 • 12 mar. 2022

¿Cree que cada vez entiende menos esta sociedad?, ¿piensa que la gente habla otro idioma?, ¿sospecha que es usted una rareza en un jardín de boniatos? ¡Bienvenido al club! Mientras el mundo se va al carajo en este 2022 candidato a superar con creces a los dos anteriores en los Óscar a los peores años de nuestra vida, la ministra Irene Montero anunciaba esta semana que el Gobierno destinará hasta el año 2025 nada menos que 20.000 millones de euros para luchar por la igualdad entre hombres y mujeres. Lo dijo el 8 de marzo, con motivo del día internacional de la mujer, un evento que, como leí a alguien con guasa en Twitter, ella lo debe esperar cada año como si fuera su cumple. Pero seamos realistas: usted, señora, que diría el periodista Carlos Rodríguez Braun, pagará esta fiesta organizada con indisimulada alegría por una ministra que siempre tiene a mano el comodín de la subida de impuestos.



En plena invasión de Ucrania a manos del sátrapa Putin, saliendo de una pandemia de consecuencias devastadoras para la economía, rescatados por la Unión Europea y a punto de caer en una preocupante estanflación, con el petróleo, el gas y la energía desbocados, el anuncio de Montero no podía ser más que una broma. Eso pensé cuando me enteré. Le dije a una amiga que debía ser el típico error de la prensa, pues a los periodistas las cifras nos bailan de vez en cuando. Pero no. Era una verdad verdadera que ocupó un segundo plano en los medios de comunicación porque la actualidad nos mandaba a Kiev, donde Zelensky y los ucranianos siguen resistiendo como jabatos el asedio del ejército ruso.



Alguien bienpensante dirá que la igualdad es un fin tan loable y necesario que todo lo invertido es poco y que quienes nos oponemos a tales dispendios económicos en tiempos de crisis somos… ¡unos fascistas! Es entonces cuando empiezas a pensar que no eres tú, soy yo, y tal, y que el mundo que conociste se ha ido a la mierda desde que se les dio la palabra y -sobre todo- nuestro dinero a un equipo de tercera división regional que lo único que hace a las mil maravillas es dividir y restar. Porque lo de gestionar un país mejor lo dejamos para otra ocasión. 



Estas deben ser las cosas chulísimas que anunciaba la vicepresidenta Yolanda Díaz cuanto intentaba explicarnos las bondades de un Gobierno de coalición cuyas grietas amenazan derribo pero que en el último minuto suelen acabar cerrándose. No hay nada como unos presupuestos de ditirambo para proclamar ante los ciudadanos que si puedes soñarlo puedes hacerlo y que la vida es un algodón de azúcar con sabor a fresa, pero que, eso sí, lo pagará usted, señora, ¡señoraaaaa!







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