Dar alas

En mi anterior columna me referí a la Cultura por su capacidad de hermanar pueblos y de llenar los espacios vacíos de empatía, capaz de apaciguar los sentimientos de odio, útil para conocernos y conocer a otros, un caudal para vibrar y hacer vibrar, un abono para la sociedad donde la creatividad es uno de sus principales componentes, y un medio con el que ver la realidad con los ojos de otros. Pero, desgraciadamente, esta semana la Cultura llora la pérdida de uno de sus miembros ilustres.

Pepe Guirao defendió el espacio que debe dársele a la Cultura desde la serenidad que le caracterizaba, pero con la firmeza que merecía, teniendo muy claro el modelo de sociedad por el que luchaba, ya fuera a los 18 años siendo concejal en su pueblo natal, como a sus 60, gestionando el Ministerio de Cultura. Un modelo con el que la Cultura lo impregne todo y llegue a todos como base de avance social.

Siendo cabeza de lista por el PSOE de Almería al Congreso en 2019, decía “Queremos ganar para ser útiles a la sociedad”, una declaración de intenciones avalada por su trayectoria vital y profesional. En este sentido, el presidente Sánchez ha vuelto esta semana a ponerse en el pellejo de la gente para tratar de ser útil a la sociedad, como ya lo hiciera durante toda la pandemia. Pero ser útil a la mayoría de españoles, la clase media y trabajadora, la que soportó lo peor de la anterior crisis económica, de forma que obliga a la banca y energéticas a asumir parte del coste de esta crisis, fruto de la pandemia mundial y la acción bélica rusa.

Además, Pedro Sánchez pone el foco en algo vital para ayudar a que nadie se queda atrás. Becar con 100 € mensuales extra a jóvenes ya becados es contribuir a favorecer el acceso al saber y, por ende, a la Cultura. Está en la antípoda de lo que promueve la derecha liderada por Feijóo, becar a familias que ingresen más de 100.000 euros anuales, como en Madrid. Dijo Unamuno que “Sólo el que sabe es libre y más libre el que más sabe. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas”, esto es lo que busca Pedro Sánchez, mientras la derecha quiere subir en el más veloz de los aviones a todos los pudientes.

Por eso Feijóo tuvo que recurrir a proyectar un clásico de cine de verano, ‘La noche de los muertos vivientes’, resucitando el fantasma de ETA. La rendija, por la que se cuelan esos mensajes falsos y simplistas, son brechas más grandes a medida que la falta de cultura es mayor. ¡Qué razón tenía Guirao!, “Es una batalla cultural la que tenemos que lidiar”.