Cáritas ha denunciado que la Junta de Andalucía les ha bloqueado las ayudas económicas comprometidas para este año. No puede ser. Tiene toda la pinta de tratarse de un ardid diseñado con la agudeza de una daga florentina y la suavidad del terciopelo episcopal para conseguir más cruces en la próxima declaración de Hacienda. Y es que esta denuncia coincide en el tiempo con la publicación de las generosas cantidades con las que la Junta de Andalucía subvenciona a UGT y CC.OO en la realización de proyectos de sensibilización sindical en los Andes o en la defensa de la labor bananera en Centroamérica. Y claro, si fuera verdad que la Junta prefiere sufragar el turismo sindical de cuatro amigos antes que ayudar a una organización que está quitando el hambre a millares de andaluces en el paro, pues sería como para hacerse no ya cruces, sino para correr a sartenazos a más de uno. Por si no lo saben, en esa misma Andalucía "de lujo" e "imparable" que vende a diario la Junta, el pasado año más de 300.000 criaturas tuvieron que recurrir a Cáritas para poder comer. Y es que con un 33% de paro, Andalucía está en una situación de verdadera emergencia social. Por lo tanto, no puede ser verdad que un gobierno autonómico niegue ayudas a una organización dedicada a quitar el hambre mientras que favorece el paseo de cuatro sindicalistas por la jungla. En fin, que no sé si yo puedo evitar de algún modo que los impuestos que tanto me cuesta pagar acaben sufragando estas excursiones sindicales. Lo que sí sé es que, en lo que esté en mi mano, esa parte de mi libre disposición pagará antes un potaje que un viaje.
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