Moros y cristianos. Pasado y presente (I)

En estos meses de verano, son frecuentes estas fiestas, con estos artículos pretendemos aclarar su origen. Pero permítanme que dedique junto con mi agradecimiento, este artículo al doctor Pedro Jesús Serrano Castro y a todo el personal de Neurología de Torrecárdenas (4ª planta), por su trato profesional y personal. Sin la ayuda de Dios y  de ellos, no hubiese superado el infarto cerebral.  (GRACIAS)

 Parecería ilógico que se pensara que las fiestas de moros y cristianos han surgido de manera espontánea o por mero azar.

Dejando a un lado por no tener continuidad el conocido episodio de la Crónica del Condestable Lucas de Iranzo, adelantado de Jaén, que rememora una controversia, simulada entre moros y cristianos, que tuvo lugar en Jaén en 1463, para determinar qué religión era la verdadera y que acabó con un simulacro de lucha caballeresca entre los dos bandos, en nuestra opinión, lo que hoy se conoce como fiesta de Moros y Cristianos, es un producto histórico con una ideología clara que tiene su arranque hacia el año 1530 en el Sureste español, en concreto y mientras no se demuestre lo contrario en las actuales provincias de Murcia y Almería.        

Hagamos un poco de historia. En torno a 1501, tras un alzamiento fracasado, los mudéjares del Reino de Granada fueron obligados a bautizarse y a convertirse al cristianismo,    teniendo que salir de España los que no quisieran hacerlo. 

Desde entonces se les llamo moriscos o cristianos nuevos, aunque, en realidad siguieron practicando secretamente sus rituales coránicos, pues ciertamente no se les podía suplantar la fe y la religión de un día para otro, y menos por la fuerza. A partir de ese momento y hasta 1570 los moriscos coexistieron - no sin tensiones - con los cristianos viejos, pero tras la sublevación de las Alpujarras, fueron sacados y expulsados del Reino de Granada.

Para ocupar el vacío humano dejado por los moriscos vinieron de toda España repobladores cristianos que se asentaron en los pueblos abandonados. No obstante multitud de moriscos vagaban por las sierras como bandoleros, otros escaparon a África y volvíeron como asaltadores,  fueron siglos  negros ante el temor del corso, podemos comprobar los casos de Carboneras, Almería, Vera, Mojácar, Lorca o Cartagena, que eran baluartes cristianos totalmente amurallados para defenderse de las posibles incursiones procedentes de África.

 Así que los habitantes eran mas bien del estamento militar: guardias de acostamiento, milicias, guardas de costa, cuadrillas, etc.   Así que en este ambiente, entendemos mucho mejor que los juegos de cañas y  de alcancías, sirvieran como prácticas y adiestramiento y defensa a los posibles "arrebatos", buen ejemplo de esto nos lo dan los ataques  piráticos a Mojacar en 1501,  Vera en 1523 o el de Adra en 1620.

 Por lo que contando con una atmósfera catolicista, hay que entender que fiestas como El Corpus, Santiago, San Roque, San Sebastián,  rememoran acciones bélicas y que están promocionadas por las autoridades, en este contexto hay que entender como surgen las fiestas de moros y cristianos, como una mezcla de drama, comedia y auto sacramental.

Reproducimos  un ejemplo de las Actas de Vera de 1588.

 " Sus mercedes acordaron que se hagan fiestas en esta çibdad el día de San Cleofás, que es a veinte y çinco del presente, que fue cuando fue çercada hasta çibdad por los moros, enemigos de nuestra santa fee católica, y que para çelebrar la fiesta diste día se corra el toro que esta çibdad tiene, y que se hagan las barreras para