Hoy es un día importante para la provincia de Almería, en la medida en la que se ha confirmado que vamos a tener un grupo muy importante de almerienses con responsabilidad en áreas estratégicas". Quien así hablaba hace unas horas era el secretario general del PSOE almeriense, José Luis Sánchez Teruel, que mostraba -con embridada emoción- el supremo gozo de que varios socialistas almerienses hubieran sido llamados a Sevilla para desempeñar funciones que, escuchándole, habrían encrespado el vello del más bragado veterano de los Tercios de Flandes. ¿Y quién no se va a emocionar sabiendo que tenemos a unos paisanos con responsabilidad en áreas estratégicas? En concreto, gracias a la Junta de y al PSOE, habrá almerienses al frente de dos direcciones generales, una secretaría general y una gerencia de Agencia. Nada más y nada menos. Hace falta ser de piedra para no sentir por todos los poros de la piel el hormigueo del tañido de la guzla, el hálito oriental y el orgullo reventón del almeriensismo de cañillo y peana. ¡Almerienses en Sevilla! ¡Qué alegría cuando me dijeron!
Después de lo de Lepanto es ésta, sin duda, la más grande ocasión que vieron los siglos. Pero vaya, ahora que recuerdo, ¿no era el secretario de organización del PSOE de Almería, el compañero Juan Carlos Pérez Navas, el que decía hace un par de semanas que eso de fijarse en si había o no había almerienses en el gobierno de la Junta era "una catetura" (sic.)? ¿Es un cateto entonces el señor Sánchez Teruel por haberse precipitado en esta erupción de satisfacción? Bueno, pues a ver si nos quitamos la boina y nos aclaramos.
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