Ana Colau, cara visible del movimiento ciudadano contra los desahucios, la que llamó criminales a los banqueros en sede parlamentaria, celebró con tanto entusiasmo la luz verde del Congreso a su iniciativa legislativa popular que el presidente de la Cámara tuvo que expulsarla, a ella y a sus compañeros, de la tribuna de invitados. Ocurrió el martes pasado en la sesión plenaria que tomó en consideración dicha iniciativa para proceder a tramitarla. Por unanimidad de todos los diputados, incluidos los del Partido Popular, con una sola abstención entre los 334 diputados asistentes a la sesión plenaria.
Será bonito mientras dure. Quiero decir que lo del martes, la admisión a trámite de la iniciativa apadrinada por los activistas del movimiento antidesahucios, escenificó la unanimidad de todas las fuerzas políticas en la voluntad de frenar este drama social, pero realmente solo es una formalidad. Tomar en consideración la iniciativa supone el compromiso de darle curso parlamentario, no aceptación de sus propuestas. Se integrarán éstas en la tramitación ordinaria del llamado proyecto de ley de medidas urgentes para reforzar la protección a los deudores hipotecarios. Más conocida como la ley de los desahucios.
A partir de ahora lo que cuenta es la fuerza numérica de los distintos grupos parlamentarios. No hace falta recordar que la mayoría absoluta del PP (186 diputados) nos permite afirmar sin equivocarnos que sólo prosperarán las enmiendas aceptadas por el partido en el poder. Y en principio no está muy por la labor de respaldar las cuatro más importantes que figuran en la iniciativa de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca). A saber: la dación en pago, la paralización del desahucio de la vivienda habitual y el alquiler social.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/38569/desahuciados