Hoy nos ocupamos, de manera muy breve, de aquella importante e interesante labor empresarial de la Compañía de Electricidad que los almerienses conocíamos como El Chorro. De muy niño recuerdo aquella Hidroeléctrica de la calle Marqués de Comillas que nació cuando todavía se estaba en la primera etapa de electrificación en España.
Esta Sociedad tuvo su origen en Málaga, ciudad que era un importante foco industrial en la España de la primera mitad del Siglo XIX. Podemos hablar, en cierto modo, de un origen familiar y andaluz del negocio eléctrico. Familias empresariales malagueñas como los Heredia, Larios y Loring ejercían actividades que iban desde los altos hornos a la minería, la industria textil, los ferrocarriles… De los Loring y Heredia, emparentados entre sí, surgirían concesiones para el aprovechamiento hidroeléctrico del río Guadalhorce.
Un 26 de Julio de 1903 se firma por Jorge Loring Heredia, Rafael Benjumea y Francisco Silvela, la escritural fundacional de la S.A. Hidroeléctrica del Chorro. La labor del Chorro en la provincia de Almería comenzó en 1946 con la absorción de la Compañía Fuerzas Motrices del Valle de Lecrín por un montante de 41 millones de pesetas.
Haciendo un poco de historia, a través del estudio realizado por los profesores Donato Gómez y José Miguel Martínez: “El Ciclo de la Electricidad en Almería, Siglos XIX y XX” publicado por el Instituto de Estudios Almerienses en 1998, nos remontamos a aquella Navidad de 1815 cuando hubo por primera vez ese alumbrado público en Almería (de aceite y sufragado por los propios vecinos).
Con el paso de los años llegan las farolas de aceite y luego de petróleo hasta que, en 1864, surge el mantenimiento por parte del Ayuntamiento. Pasamos por la fundición de los Cumella hasta llegar a la fábrica de la Constancia que en 1890 explotará el alumbrado eléctrico de la ciudad.
Posteriormente Lebón explotará la electricidad hasta que en 1924 aparece Fuerzas Motrices del Valle de Lecrín que, como hemos indicado, será la protagonista hasta 1946 y que se había fundado en 1921 con objetivo de suministrar energía al ferrocarril minero Linares-Almería y a la propia ciudad de Almería. A finales de los años veinte abastecía a más de 60 pueblos de Sierra Nevada, Guadix, Valle de Lecrín y Occidente de la provincia de Almería. Centrándonos en “El Chorro”, hemos decir que sobrevivió hasta su absorción por Sevillana en 1967 y que su labor se desarrolló sin incidentes relevantes centralizada desde Rueda López y Marqués de Comillas en la capital. La etapa en la que el Chorro suministraba y controlaba la electricidad en Almería fue de gran importancia para el aumento de nuestro patrimonio tecnológico ya que se construyeron centrales en diversos municipios y se incorporó la Central Térmica, en el barrio del Zapillo, que estuvo trabajando desde 1958 hasta ese cierre escalonado desde 1986.
Con Hidroeléctrica del Chorro S.A. se completa el panorama de las que fueron grandes empresas que abastecieron y organizaron el mercado eléctrico en el Sur de España. Si nos fijamos en sus orígenes, hemos de señalar ciertas características singulares como sería el marcado sesgo familiar y andaluz de sus fundadores; también una clara preferencia por el negocio de la producción respecto al de la distribución y la casi exclusiva dedicación a la producción hidroeléctrica sobre cualquier otra, lo que habría de crearle no pocas dificultades por situar su oferta tras la demanda.
Su vida empresarial autónoma y su larga permanencia en el tiempo son también notas a destacar. Por último, en esta breve síntesis, señalar que el mérito de esta Hidroeléctrica reside en la aplicación de las nuevas tecnologías desarrolladas en Europa, en las que jugaban un especial papel los proyectos de ingeniería. El Chorro participó, pues, de forma importante en la historia de la industria andaluza.
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