Celebramos el Día de Europa

Desde que el 9 de Mayo de 1950, el ministro de asuntos exteriores francés Robert Schuman (considerado, junto a Jean Monnet,como figura clave del europeísmo) lanzara su propuesta de integración, han pasado ya más de sesenta años y el sueño se va haciendo cada vez más real a pesar de las dramática crisis actual. 

El camino recorrido ha sido, pues, largo y difícil pero constante: Desde aquella “Declaración Schuman”, que sentó las bases de la Comunidad Europea, colaboraron primero los seis países que en 1957 firmaron el Tratado de Roma para llegar, después de sucesivas ampliaciones, a los quince  miembros actuales. 

Pero ¿Qué es la Unión Europea? Todavía es un deseo, un proyecto que lleva consigo un modelo de vida común para todos los países que la componen. Además, la dinámica de la integración comunitaria sigue siendo frágil porque falta un poder político europeo lo suficientemente sólido como para aglutinar a todos los ciudadanos en la mayor parte de los ámbitos que conforman nuestro futuro. Es verdad que hemos logrado juntos muchas cosas siempre dentro del respeto a los derechos humanos y al sistema democrático como único marco posible de convivencia.

Con el paso del tiempo, España y concretamente Andalucía se han beneficiado de la política de solidaridad económica y social seguida por la Unión Europea para intentar corregir los desequilibrios regionales y las diferencias entre los países más y menos desarrollados de la Comunidad.

 Se quiere evitar que el Mercado Unico favorezca, sobre todo, a los países y regiones más preparadas y , en este sentido, es un ejemplo a seguir ya que los  más desfavorecidos son los que menos aportan y más reciben. España fue  la nación  más beneficiada y Andalucía se ha desarrollado con la ayuda de los Fondos europeos: Fondo Social Europeo, FEDER, FEOGA, etc... ¿ Y Almería? ¿En qué se ha beneficiado? ¿Ha sido positiva la integración para nuestra tierra? ¿Percibimos en la vida diaria avances significativos? Si echamos una ojeada a épocas anteriores a nuestra  incorporación a Europa, nos damos cuenta del indudable progreso. El nivel de vida de los almerienses ha mejorado constantemente en los últimos años y se han despejado dudas sobre el porvenir socioeconómico de la provincia. 

Se puede decir que hemos salido del aislamiento y olvido en que nos encontrábamos en la época de Franco y ahora ¡por fin, somos alguien¡ y caminamos con optimismo hacia el futuro. Los indicadores sociales y económicos de Almería están situados en posiciones más favorables que las de otras zonas de España. La Europa sin fronteras ha hecho posible la libre circulación y se han suprimido los aranceles que encarecían nuestros productos y los hacían menos competitivos. Se puede afirmar que Almería se ha ganado un reconocimiento internacional y el desarrollo agrícola y turístico pueden ser una garantía de prosperidad en las próximas décadas. 

Tampoco se puede dejar de mencionar el enorme impulso realizado en infraestructuras durante los últimos años: autovías, paseos marítimos, diversos proyectos relacionados con el Medio Ambiente y los transportes... También han sido importantes las políticas favorecedoras de la igualdad de oportunidades para todos en el acceso a la formación y al mercado laboral y, como consecuencia, la erradicación de la exclusión social. El Fondo Social Europeo ha fomentado la igualdad hombre-mujer y disminuido el paro de larga duración desarrollando programas en favor del empleo que, desgraciadamente, se han paralizado.

En definitiva, la incorporación de nuestro país a la UE ha supuesto la modernización y el despegue económico para Almería y nos sentimos orgullosos de participar de la ciudadanía europea, porque “Todos somos estrellas en la Unión Europea” que, en palabras de Jean Monnet, significa el intento no de agrupar Estados, sino de unir hombres. Desde Almería en el Tiempo pedimos solidaridad a determinados países (sobre todo a la locomotora alemana) para salir de esta recesión que hace mella en el corazón mismo de la U.E y, por otra parte, Gran Bretaña debe tener altura de miras pues los británicos forman parte indisoluble de la historia del Viejo Continente.