Patrimonio Convenio entre Diputación y Obispado para rehabilitar iglesias

Hace unos días nos contaban unos vecinos que “el obispao” de Almería no estaba por la labor de ofrecer en una ermita acto religioso alguno si no se le pasaba la propiedad del recinto. Vaya con el clero. Parecen políticos, lo quieren todo y a su nombre. ¿Está en su derecho “el obispao”?. Dirán que si unos ciudadanos quieren “contratar” un cura algo tienen que pagar por el servicio prestado, y que ese servicio pasa porque la titularidad de la ermita pase a la Santa Madre Iglesia.  

Más o menos como cuando llamas al fontanero por una fuga de gas o al electricista por un apagón. Cuando Jesús o Paco se dan una vuelta por casa, tras ellos aparece la factura y es de lógica que se les pague. (Con Iva o sin Iva) Son ustedes muy curiosos. Si es el cura el que aparece algo se tiene que llevar a cambio: Por ejemplo la propiedad del recinto dedicado al Señor de las alturas. En aquella ocasión y sin cura que levantase el cáliz los creyentes reunidos rezaron, cantaron y se fueron tan felices a sus casas con las escrituras de propiedad en sus axilas. 

Días después nos llega la noticia de que el presidente de la diputación y alcalde de Roquetas de Mar, don Gabriel Amat, ha firmado como presidente de la institución provincial un convenio con ese mismo “obispao” para el arreglo de iglesias en la provincia. Tampoco es que me parezca mal ese convenio, hay otros muchos peores. 

Y digo yo, si ellos (el obispao) quieren la propiedad de una ermita que han levanto unos vecinos con su esfuerzo para llevar la palabra de dios a los hombres y a las mujeres, ¿por qué no hacemos nosotros lo mismo cuando les damos dinero para rehabilitar sus centros de culto? 

¿Es quizás una barbaridad lo que estoy pidiendo? Si ellos quieren la propiedad de una ermita o no cantan misa en ella, diputación podría decirles que a cambio de esos miles de euros también quieren parte de la propiedad para los ciudadanos o no hay convenio que valga. No queremos la propiedad al ciento por cien, no. Sólo lo que nos corresponda con arreglo a lo que nos vamos a gastar. Tampoco estaría de más revisar los anteriores convenios, por si nos toca un tanto por ciento más alto en la propiedad de tanto centro religioso como se ha arreglado con dinero de los ciudadanos.