El frío cinismo de Cavada

Estremece la frialdad  cínica de este señor  Cavada   en    medio de la reunión de empresarios, bendecida por Rajoy para  anunciarles  la salida  de la crisis,   que ve como  despilfarro intolerable que los trabajadores gocen de cuatro días   para   ir   a  enterrar a sus padres. 

No sé si la ciencia podrá hacer algún día que  vuelvan  los dinosaurios, pero lo que es evidente es que  aún  quedan fósiles que parecen animarse  a través  de  las edades, sobre todo  en los que respecta a  las relaciones  socioeconómicas.

 La razón que esgrime este señor es que ya no viajamos  en diligencia. Por tanto el afligido trabajador por cuenta ajena no debe demorarse  demasiado haciendo escalas   ni durmiendo en fondas  de mala muerte; con unas horas le basta para  cumplir con la familia,  lavarse un poco y  comprar el billete  de vuelta.   

Conclusión algo precipitada: este señor que sin duda  sabe lo  que   es un velatorio cristiano y alguna vez habrá oído  hablar  del valor la vida frente al dinero, no entiende que el obrero esté compuesto de afectos. A este señor no deben parecerle bastante los  favores que le esta haciendo el partido de la derecha en el poder. 

Desde que Mariano Rajoy conquistó el poder de La Moncloa, su ojito derecha ha sido el emprendedor.  Facilidad de crédito en los bancos,  abolición de tropiezos burocráticos en la empresa, retraso de la paga del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) hasta cobrar las facturas.  

Nada  desmerecía  acerca de los cuatro días del entierro hasta que este  señor, insensible saco de billetes, no nos llamó la atención. Luego dicen  que las relaciones laborales van cada día  mejor. 

 Son las técnicas del Partido Popular tanto las rentas del  capital como las del trabajo se van acercando como los planetas que  describen una misma órbita. Más parece lo contrario,  señor Cavada.  Los ricos son cada vez mas ricos y se alejan  sideralmente del espectro, al tiempo que los pobres son cada día   más pobres.  

El director de relaciones laborales de la CEOE, la Confederación de Organizaciones Empresariales, es uno más  en la larga lista de asteroides peligrosos.