El silencio, la nada y los sobrecillos

Del mismo modo que a los organizadores de un simposio jurídico sobre Herencia y Familia no se les ocurriría invitar a Tita Thyssen-Bornemisza (antes Carmen Cervera) para pronunciar el discurso final, resulta igualmente pintoresco escuchar a un senador socialista quejándose por los retrasos en materia ferroviaria que arrastra Almería. 

Por llamativo que parezca, el senador socialista Felipe López ha lamentado que en materia ferroviaria “las promesas tardan veinticinco años”. 

Y claro, nadie puede saber si la certera frase es un ataque al gobierno del PP o si es que este señor está preparando un libro de memorias. 

No hace falta ser un avezado consultor en política infraestructural o tener acceso a las hemerotecas de las últimas décadas para comprender que hay charcos en los que los socialistas no deberían meterse. 

Basta con salir a tomar un café para encontrar en el sobrecillo del azúcar reflexiones del tipo “Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas” para ver que ningún cargo del PSOE debería incluir en la misma frase las palabras “retraso” y “promesa”, so pena de llevarse un cordial, pero sólido zurriagazo. ¿Es que han empeorado las comunicaciones ferroviarias de Almería con el gobierno del Partido Popular? 

Digamos que están básicamente igual o peor, porque en tiempos del PSOE se eliminó el expreso nocturno con Madrid. De los trenes a Sevilla ya ni hablamos. 

Y ya puestos, habrá que recordar al senador la década de prodigioso retraso con la que la Junta del PSOE trajo a Almería la A-92 o las dos décadas de retraso en la presunta autovía del Almanzora, de competencia autonómica. Así que mejor callarse, o tomarse un cafelito.