De fracaso y mala gestión en la Policía acusa CSIF a María Muñiz

De fracaso y mala gestión en la Policía acusa CSIF a María Muñiz

Juan Torrijos
23:20 • 08 jul. 2013

Las camas entre los políticos y los sindicatos andan revueltas. El ayuntamiento bajo la dirección de Luis Rogelio, pepero él, se encama unas veces con Ugt, otras con Comisiones y a veces lo quiere hacer también con el Csif. 


No es de extrañar que existan celos entre los sindicatos, que se aprovechen de ello los políticos y que alguno se lleve de vez en cuando un revolcón. En la cuestión de las basuras fue Comisiones la que se encamó con Luis y le solucionó una futura huelga. Mucho tuvo que ver en la operación Pedro Baldó, que jubilado y jubiloso jugó sus cartas con la maestría que atesora en su dilatada vida sindical.


Entenderán ustedes que Ugt y Csif se cogieran un cabreo morrocotudo.




En la Policía Local María Muñiz ha estado más cercana y proclive a la Ugt y Csif no se lo perdona a la señora concejala. Fracaso y gestión pésima es la valoración que el sindicato profesional dedica al trabajo de doña María. 


Conociendo a María, por el forro de sus entretelas se pasa las opiniones del sindicato. Recuerdo un comentario de Luis Rogelio a Francisco Iglesias : “Menos mal que existen los amigos”. El problema de los políticos es que se olvidan muy pronto de los favores que ellos reciben. Sólo recuerdan los que ellos hacen. 




¿Cuándo Csif  habla de fracaso y pésima gestión de Muñiz en la Policía  está vengándose de la  concejal, o pone ante la opinión pública una valoración en la que cree? Si nos atenemos a la primera, la venganza, ¿qué confianza nos pueden dar un sindicato que se comporta así? 


Si cogemos la segunda, fracaso y pésima gestión, y aceptamos como buena la valoración que el sindicato hace del trabajo de la concejal, ¿cómo se puede confiar en unos agentes que deben estar para defender al ciudadano cuando se nos habla desde un sindicato como el Csif de fracaso y de mala gestión?




Los ciudadanos se merecerían una explicación del responsable de la Policía, y no es otro que el señor alcalde, que ante una cuestión tan complicada guarda silencio, otorga poder a María y deja pasar el tiempo mientras se perpetua como alcalde y senador. 


Decía José Antonio Griñán que en política no es bueno perpetuarse. Y qué razón tiene. Pero aquí el que se marcha lo hace empujado por las circunstancias.



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