Caperucita y el lobo

La Consejería de Fomento y Vivienda puso en vigor hace tres meses un decreto–ley   donde se dictaban medidas en Andalucía para asegurar el cumplimiento de la función social de la vivienda. Basado en la declaración de Derechos Humanos, en el derecho a la vivienda de nuestra Constitución y en el Estatuto de Autonomía , sus objetivos eran muy amplios. En una disposición transitoria, aparece la posibilidad de expropiación forzosa del uso de la vivienda, que no de la propiedad,  con el propósito de proteger de los desahucios a familias en emergencia social. 

Esta disposición ha traído como consecuencia que cientos de familias andaluzas queden protegidas, durante tres años, de ser expulsadas de su viviendas, asumiendo la Junta de Andalucía el coste de su uso.  El presidente Mariano Rajoy lo ha parado.

Ante las situaciones tan dramáticas que están ocurriendo, el PP de Andalucía se abstuvo en la discusión parlamentaria de estas medidas y todos esperábamos que junto a este escurrimiento de la derecha, habría una reacción de los bancos afectados, recurriendo el decreto, al sentirse limitados en su propiedad y potestad de desahuciar. No ha sido así, los bancos no necesitan dar la cara y enfrentarse a los ciudadanos. Antes de desprestigiarse ellos más de lo que están, han recurrido a sus influencias ejecutoras que están en el poder político que tienen a su servicio, en este caso al propio Presidente, que ha  tramitado un recurso ante el Tribunal Constitucional con lo que consigue de momento detener el decreto y poner en la calle a todas las familias que se habían beneficiado.  Si no acuden a la Justicia los propios afectados  ¿Por qué razón acude el gobierno?  

La operación se ha preparado de la forma más hipócrita. Se hace promover la iniciativa a la parte más oscura de la UE que a través de un escrito, de alguien sin capacidad legislativa, aconseja, advierte, teme, que esté en peligro el derecho a la propiedad, olvidando que nuestra Constitución subordina este derecho al interés general.  Después se produce un cambio en los miembros del Tribunal Constitucional donde las opciones mas afines al PP consiguen mayoría. La jugada se completa con la aprobación  de un recurso que lanza a la exclusión social a cientos de familias andaluzas. Teniendo todo un presidente que hace el trabajo sucio, el lobo bancario vestido de Mariano ha decidido comerse a Caperucita… La Roja.