El exalcalde de Partaloa ha sido denunciado por malversación

Si auditaran las cuentas de todos los ayuntamientos de la provincia no se salvaba ni el tato. Ha sido muy cómodo para los alcaldes lo de la caja única, o cajón de sastre, y al final, como no podía ser menos, a algunos les está pasando factura. 

Estoy con usted, lo que fastidia es que solo unos cuantos van a pagar por algo que han hecho casi todos: Jugar alegremente con el dinero de todos los ciudadanos. Pagar a quien querían y les daba la gana, sin pensar si el dinero era para esa u otra partida. 

No viene mal que la ley les meta mano, les ponga en su sitio y sirva como ejemplo para que los actuales y los por llegar en el futuro no sigan el mismo ejemplo.

Me podrán decir que por lo menos no es corrupción, y estoy de acuerdo, no se han quedado con el dinero que se sepa o se pueda demostrar. Pero tampoco se tiene muy claro a dónde ha ido, como se ha pagado, o a quién o quiénes. 

La opacidad de los alcaldes ha sido la tónica en sus trabajos, sin importarles demasiado lo que secretarios u otros funcionarios decían por escrito sobre sus trapisondas. Ellos eran los votados por el pueblo, los líderes del municipio y hacían de su y con su ayuntamiento lo que les venía en gana. Pues que se pongan en la cola y paguen sus culpas. Tendría que ser obligatorio el que se denunciara hasta la última de las malversaciones descubiertas en los ayuntamientos. Nos vamos a quedar con las ganas.

Si les dejamos que se vayan como si nada hubiera pasado, estamos diciéndoles a los futuros alcaldes que pueden hacer el mismo juego, que pueden seguir usando la caja única como si fuera su bolsillo y el dinero que hay dentro de ella como si no tuviera dueño. Aquello de que el dinero no es de nadie, que soltó con alegría una paisana en sus tiempos de ministra de España. Que le pregunten a esas miles de familias almerienses que no tienen ni a un miembro trabajando si el dinero tiene o no tiene dueño.

Cada día que pasa un nuevo nombre de político se une a la lista de presuntos chorizos. Al final se nos va a acabar la cuerda para colgarlos y secarlos a todos. Los chorizos, hablamos de colgar los chorizos que hace mi cuñada Enriqueta para que se sequen. 

No piensen otra cosa, que les intuyo las intenciones. Piensa mal y te quedarás corto, dice el viejo refrán.