La petanca y los viejos

La petanca y los viejos

Kayros
23:57 • 27 sept. 2013

Tarde de otoño en Aguadulce. Bajo   el fresquillo   suave de los pinos   se arrullan las tórtolas, chillan los niños, los abuelitos que ahora llaman yayoflautas se ocupan  de los nietos. A su vez, en la sección infantil del parque, las mamás jóvenes atienden a sus bebés  intentando enseñarles  la manera  de  bajar sin peligro  por el resbaladizo tobogán.


Poco más allá se abre el campo, recién rociado y destinado al juego de la petanca. A partir de la cinco de la tarde van acudiendo los jugadores, jubilatas en su mayoría. No son todos de aquí, hay hasta gente española que  vive en Francia y viene a visitar la familia. Según los técnicos este juego es  un entrenamiento gimnástico muy recomendado para los viejos. Se flexiona el cuerpo, se estiran los brazos y las  piernas,. se aprende equilibrio entre la bola y el bonillo, y sobre todo, se practica el  compañerismo  al que no le es ajeno el comentario acerca de la situación económica. Por supuesto, entre jubilatas la cuestión inevitable es lo que intenta hacer el Gobierno sobre la reforma de las pensiones. Aquí la cuestión tiene dos caras porque, como vivimos dentro de una autonomía gobernada por la izquierda, las cosas no son o no quieren e ser  como dice el PP. Mientras las bolas se cruzan en la pìsta intentando acercarse al bonillo como señal de triunfo, las cuestiones también se cruzan en el aire de la discusión. Surge,  cómo no, el argumento  de que en lo sucesivo, la subida ya no estará en  relación con el IPC, lo cual pone a la vejez un poco a la intemperie. Los sindicatos se niegan a pasar por el  aro.  Según ellos,  esta política atenta contra el poder adquisitivo del jubilado que ya pagó en su vida laboral. 


El copago hoy  es una injusticia retroactiva en vez de  ser  la solución del futuro. Se dice que por culpa de la crisis los españoles transmitiremos a nuestros  herederos una deuda  que  tardará muchos años  en liquidarse. Tarde apacible del parque de Aguadulce. Los niños juegan. Los abuelitos murmuran . Al final cada cual se  marcha a casa con la  bolsa  de la petanca bajo el brazo. A ver qué dice la tele.







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