Un día para el infortunio

Un día para el infortunio

Kayros
01:00 • 31 oct. 2013

Ayer fue, informativamente hablando, uno de esos días en que parece que todo se pone boca abajo. Por la  mañana las televisiones no se hartaron de ofrecernos  escenas de llanto y de  dolor. Los sufridos habitantes  de la c uenta minera  de León acudieron en masa a despedir los cuerpos de los cincos mineros asfixiados en el pozo Emilio del Valle. Entre la gente vimos algún representante del PSOE e IU. Ninguno  del Ministerio de Industria. 


Hubo gritos contra el Gobierno y el convencimiento popular de que la tragedia pudo evitarse. Por otro lado, en el Congreso los diputados discutían sobre el espionaje. El día anterior habíamos  dicho  casi todos  que era culpa de Estados Unidos,  nuestro Gran Hermano, pero ahora desde América pasan factura atribuyendo a España y Francia el espionaje masivo. ¿De quién nos fiaremos? Entre mentirosos  anda el juego. 


Dice Rajoy que si se descubre que nos miran por debajo de la puerta  diremos a USA que esas cosas  son inaceptables. Buenos somos nosotros para tolerar semejante violación de los derechos humanos. Como prueba de que los yanquis  tendrán su merecido, acudirá  al Congreso   el director del CNI, quien por cierto  acaba de declarar que en materia de espionaje no puede abrir la boca. Ayer también supimos que estábamos en deflación. Algunos tertulianos de la tele trataron de explicarnos qué fuese  esa palabra. Parece que e s como una bajada de tensión que no te mata pero puede llevarte a la tumba.  Por la deflación bajan los  precios, lo cual siempre es saludado con  gusto por el consumo. Pero visto del otro lado, la bajada de precios cierra empresas, aumenta el paro, prepara  más días de gran infortunio para los pobres. 




En medio  de estas duras escenas de  luto y de llanto, solo la ministra de Sanidad parece estar contenta. Al parecer ha descendido el gasto de medicinas sobre todo  si  tomamos el año 2011 como puntote partida  saltándonos el 2012. ¡Qué bien que cuentan estos políticos cuando quieren!  Y así, trampa aquí, falsa promesa allá, nos encontramos  a dos fechas del Día de los Difuntos. “Dies irae, dies illa”. La vida en rosa pero en los cementerios. Tristeza y terror  de exportación, o sea, Hallowen.






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