En estos días de frío, muy malos meteorológicamente hablando, vemos que los medios de información se detienen en el temporal del norte con sus terribles destrozos en las costas de Galicia, Asturias y Santander. Olas gigantes de doce metros, vientos huracanados de muchos nudos y barcos que se quiebran en medio del oleaje como si fueran de papel.
No es hora de romanticismo. La crisis nos pega a la realidad social de la lucha por la vida, y en consecuencia, la cháchara política enmudece por unas horas. Recuerdo ahora algunas frases que me impresionaron leyendo “La Tormenta perfecta”, de Sebastíán Junger ( 1997). “Embarcarse es como ir a la cárcel y disponer además de la oportunidad de morir ahogado” (Samuel Johnson). O la queja de Walter Scott : “ No compráis pescado sino las vidas de los hombres”. Nuestro Sorolla tradujo en el lienzo la misma denuncia con parecido título: “¡Y luego dicen que el pescado es caro!” Cada cual en su memoria guarda historietas de la infancia. En mi caso yo no puedo sentarme frente a la estufa o bajo la chimenea sin evocar los viejos cuentos de pescadores que mi abuelo me contaba al amor de la lumbre. En realidad todo lo que he leído después sobre barcos hundidos es como la prolongación desgraciada de todo aquello. ¿Han pensado por qué los trabajadores tratan al mar en femenino.? ¿No será como una evocación sesminconsciente de la madre? Ahí está la vida junto a la muerte. En una barcaza de pocos metros de eslora tienes que pasarte los días y las noches. Si se mete el temporal estás a un paso de zozobrar. Y si se escoñan las comunicaciones nadie vendrá a salvarte, salvo si se c ruza por el cielo algún avión que acierte a dar la voz a los grupos de salvamento.
Para que luego digan que el pescado es caro. Hay profesiones que no están pagadas ni con todo el oro del mundo. Sin embargo, ahí están los que nunca han vivido de sus brazos imponiendo el despido y la bajada de salarios en nombre de un sistema que alienta las desigualdades. Me había propuesto no mentar la corrupción (5.000 casos en cinco años) pero es que escribas lo que escribas o mires por donde mires, el principal problema de este país se llama exclusión social.
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