El follapaveo

“El soterramiento tiene más de ideología sectaria que de análisis práctico para un proyecto de futuro”

Antonio Felipe Rubio
22:49 • 20 feb. 2014

El inminente soterramiento ferroviario de Murcia en el barrio de El Carmen nos ha sorprendido por la celeridad con la que se ha resuelto. Mientras tanto, en Almería llevamos decenios dirimiendo y follapaveando (acepción almeriense, derivado de folla-pavas. Similar a marear la perdiz, pero con resultados más decepcionantes) sobre el proyecto de soterramiento, traslado de la estación, paso a nivel de El Puche… y conexión con el puerto. 


Si hacemos un sucinto repaso por las iniciativas, proyectos, estudios, sociedades, plataformas, etc. veremos que la idea del soterramiento tiene más de ideología sectaria, confrontación política y dispersión social que de concreción material y análisis práctico para un proyecto de futuro inmediato, factible y plausible para la ciudad.


Santiago Martínez Cabrejas avanzó que el proyecto de soterramiento, presupuestado en 8.888 millones de pesetas, lo afrontaría en solitario el Ayuntamiento de Almería; luego apareció el proyecto del lago “y al que no le guste es un cateto” (Diego Cervantes dixit). Con las elecciones municipales aparecieron nuevas alternativas, una por candidatura. GIAL presentó una lanzadera mixta por la carretera de Sierra Alhamilla; el PP reconfiguró la conexión viaria en superficie, muy parecida a la actual rotonda de Almadrabillas; y PSOE-IUCA mantuvo el lago y los edificios singulares (dos parejas de torres a la entrada y salida de la marina artificial). Pasaron los días, pasaron los años… y nada de nada.




Si nos sorprendemos de la rapidez con la que Murcia conseguirá su soterramiento, hemos de hacer introspección sobre nuestras limitaciones, debilidades y mezquindades. 


Cuando tuvimos oportunidad (bonanza económica) se nos cruzó la imperiosa necesidad de la conexión ferroviaria soterrada con el puerto; asunto de inviabilidad técnica y absolutamente prescindible. Aparecieron las plataformas (PSOE) y la servil Cámara de Comercio se sumó con su antológica propuesta: “Paso a nivel, cortando la avenida Cabo de Gata, pero con unos tacos de goma para no turbar el sueño de los vecinos”. Y, si éramos pocos, faltaba una abducción ferruginosa que fomenta la recuperación del tren del mineral para evacuar los lodos de Alquife; por supuesto, en superficie y al estilo de los 70´s.




Ahora el PSOE llama a la agitación ciudadana por la llegada del Tren de Altas Prestaciones (eufemismo de lo que no es un AVE). Curiosamente, de los cuatro implicados (Ayuntamiento, Junta de Andalucía, ADIF y ministerio de Fomento) el Ayuntamiento es el único que mantiene su compromiso con 30 millones de euros en una cuenta bancaria destinada a su participación en el proyecto de soterramiento. Así las cosas, es previsible que el PSOE de Almería se manifieste contra la Junta, que no ha puesto un centavo. 


No es ya la infame valla que separa el puerto de la capital, es la insoportable latencia de la tapia que guarece las vías del tren que, con políticos que juegan a proyectistas, medios de comunicación que defienden la necedad e instituciones que proponen “condones” ferroviarios… es lógico que estemos donde estamos y otros superen los proyectos, simplemente porque no son tan folla-pavas.





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