El alcalde firma el convenio de la recogida y limpieza de la capital

Juan Torrijos
20:14 • 06 mar. 2014

Los tres sindicatos con representación, Ccoo, Ugt y Csif, ha puesto su firma junto a las de las empresas concesionarias. Nada que objetar. Desde el equipo de gobierno se vende como una victoria de Luis Rogelio. Mientras alguien no demuestre lo contrario, lo podrán hacer. Los que no quedan demasiado bien ante los trabajadores son sus representantes, esos que se llaman defensores de los currantes. A la firma del convenio, seamos precisos, a la firma de los convenios, son dos empresas y por lo tanto dos convenios, se llega sin haber consultado a los trabajadores los acuerdos a los que se han llegado. Podrán ser mejores o peores, lo dirán los no consultados en algún momento, pero se ha firmado sin que a ellos se les haya preguntado. Debe ser una nueva modalidad sindical salida de los recortes de Rajoy, pero no deja de extrañar que la impongan con tanta prisa los representantes sindicales.


Los movimientos que sí se han visto son los de los sindicatos para dejar a sus mejores hombres colocados en la recogida. La limpieza ya no parece interesante. Ahora todos quieren estar con los poderosos y esos son los de la recogida. Esos tendrán la fuerza de las bolsas en las aceras, de la acumulación de basura en las calles, de los olores en el ambiente. Con esos quieren estar los mejores. Son conscientes de su bajo número de trabajadores y de que una huelga con ellos como protagonistas no le cuesta demasiado a la concesión. Se puede llegar a grandes acuerdos. Se hará, ya lo verán. En su día tendrán un convenio muy distinto, pues distinta es la empresa, y entonces veremos el interés que algunos muestran hoy por ese cambio conseguido. No es el caso de la limpieza, son la gran mayoría, es cierto, pero no tienen fuerza. Ellos podrán estar en huelga, pero los de la recogida, que ya no son compañeros, que dependen de otra empresa y que estarán mucho mejor pagados que ellos, seguirán quitando las bolsas de las calles. Unos papelillos se pueden aguantar todo el tiempo que se quiera.  


Se han venido quejando sindicatos y políticos de que la empresa que acaba no cumplía en sus últimas días, y será verdad, pero nada decían de la que le estaban preparando a los trabajadores entre sindicatos y equipo de gobierno. ¿Y los llamados de izquierda y en la oposición no sabían lo que estaba ocurriendo? Me extraña.







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