Podemos se queda

Los dos principales partidos consiguen los registros más bajos de esta legislatura

Esther Esteban
23:12 • 06 ago. 2014

Si nos atenemos a la última encuesta realizada por el CIS, PODEMOS,  el fenómeno social y política que lidera Pablo Iglesias no es un hecho  puntual, ha venido para quedarse; puede convertirse en la tercera fuerza; y la izquierda presenta el voto más fragmentado que nunca. El Centro de Investigaciones Sociológicas del mes de julio otorga a este partido nada menos que el 15,3% en intención de voto, justo el doble del apoyo que recibió el pasado 25 de mayo y siete puntos más que Izquierda Unida.


El mérito de esta nueva opción política no es sólo, como dicen algunos, que ha sabido capitalizar el voto del descontento de todos aquellos que se han quedado sin referentes dentro del tradicional electorado de la izquierda, sino que ha atraído el voto de todas las franjas de edad. Desde los mas jóvenes, ese segmento de población de 18 años, hasta los que con más de 50 se ha pretendido expulsar del sistema  y se quedan en la estacada. Ambas cuestiones deben hacer reflexionar y mucho a los grandes partidos, que han gobernado este  país a lo largo de toda la historia de la transición.


Es verdad que los dos principales partidos consiguen los registros más bajos de esta legislatura, pero mientras los socialistas continúan en caída libre el  PP, aún sufriendo el desgaste, salva los muebles. En el sondeo de abril los socialistas tenían una intención de voto del 26,2 por ciento y tres meses después han perdido  cinco puntos y el PP, que tenía un respaldo del 31,9%, lo ha reducido al 30%. Es decir que el descenso del PSOE le permite al Partido Popular mantener una distancia de 8,8 puntos sobre su principal adversario lo cual no debería, para los populares ni mucho menos un motivo de satisfacción, teniendo encuentra que la encuesta se realizo siendo todavía Rubalcaba el líder de la oposición y no Pedro Sánchez.




Además del éxito de PODEMOS la encuesta también apunta que los españoles siguen muy preocupados por el paro, la corrupción y el fraude y seguramente una cosa y la otra tienen mucho que ver. Al fin y al cabo los votantes responsabilizan tanto del paro como de la corrupción a los partidos que han gobernado en España y mantienen la esperanza que las fuerzas políticas emergentes no tropiecen con la misma piedra. Claro que el punto débil de todo esto esta en lo de siempre: que una cosa es predicar y otra dar  trigo, y que prometer es gratis si luego no se pasa la prueba del algodón.






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