En estos días navideños nos encontramos saturados con balances, resúmenes, recopilatorios y recuentos, en definitiva, de gestiones y actuaciones cuyos contenidos se acompañan, en muchos casos de proyectos y promesas que supuestamente han de ejecutarse en el futuro. Curiosamente, no conocemos institución, entidad o responsable que haya tenido o tenga la valentía, el arrojo y la sinceridad de ofrecer las cuentas de lo que se ha omitido, pese a que la mayoría de los ciudadanos sea consciente de ello.
Titulares Si analizamos los titulares de actualidad de estos días nos podremos alegrar, sorprender o quedar estupefactos con la mercadería que nos “venden”- también encontrada, según los colores- las diferentes administraciones. En la mayoría de los casos nos alimentan con datos ribeteados de optimismo, con números perfilados de esperanza que nadie se cree y, sobre todo, con una ingente dosis de quincallería demagógica de imposible o difícil venta por muy cuidadas técnicas de marketing que se utilicen.
Frente a este halagüeño panorama, en el anverso de esta dulcificada situación atisbamos otra realidad muy diferente, un amplio y diverso conjunto de situaciones que hablan con otro lenguaje más real, el de la pobreza y exclusión social que no cesan. Según el último Informe Foessa, la mayor encuesta sobre exclusión social que se realiza en España, más de 11.700.000 personas están excluidas; de ellas, el 77,1% padece exclusión laboral, el 61,7% de la vivienda y el 46% de la salud. Son datos reveladores a los que hay que unir el del tercio de los jóvenes que viven en hogares excluidos, la llamada generación hipotecada. Esta es la otra realidad de nuestro país, la que pone en vergonzante evidencia la palabrería del poder y la cruda existencia de millones de conciudadanos. Es la confusa realidad que nos regalan por Navidad.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/73835/la-otra-realidad