Rico o pobre de solemnidad

 En estos días de tan mágicos para unos y tan tristes para otros; debemos reflexionar sobre todo lo que nos rodea.

No olvidemos a los desahuciados, a los parados, emigrantes, a los que están solos, a todos los que en nuestra Constitucion no figuran con derecho a un trabajo y a un techo.

Por eso quiero contarles mi experiencia.

En estos días de Navidad, donde abundan las felicitaciones reuniones y regalos, mi amigo Tico tiene por asiento un caja de cartón y por respaldo la pared de un céntrica calle de Almería, transitada tanto por mayores como por menores.

Tico nos ofrece la bella estampa de estar siempre leyendo un libro, “GENIAL EJEMPLO “ amigo Tico, máximo en estos tiempos que la lectura esta tan obsoleta, como en alza el uso del móvil o el ordenador; de veras, amigo Tico es la mejor forma de ejercitar la memoria.

Pero además, Tico no pertenece al club de las grandes cenas de compañeros, donde se dan tantas palmadas en la espalda como zancadillas se ponen.

Tampoco pertenece a las grandes esferas politicas, que como dijo Churchill, siempre dicen aquello que después no hacen.

Pero Tico es tan sencillo, que pasa tan desapercibido que probablemente, su profesión de pobre, tan reconocida en la Edad Media, le acerque más al cielo que los que montan grandes belenes.

Yo recomendaría al gobierno, que en vez de hacer leyes mordaza, de rescatar bancos con operaciones fantasma y regalar tarjetas “black”, se leyeran el libro de Tico

Pero yo estoy seguro que Tico pertenece a esa España que cantaba Cecilia de sabor a caña, no la que da caña, por eso amigo Tico permiteme que te ponga de ejemplo para romper un lanza por esos sin techo, tan olvidados como afortunados

Querido amigo, espero que mis Buenos días y la lectura de tu libro, sean regalos intercambiables no sólo por Navidad.