Inolvidable fue para mí representar a Almería en la Cabalgata de aquel 5 de Enero de 1997: Llovía y vinimos en helicóptero aterrizando en el Puerto. Como yo era Baltasar tenían que retocarme la cara para que el agua no borrara el betún. Desde la carroza, pudimos ver la condición humana: niños llenos de alegría creían lo que veían; algunos mayores asaltaban la carroza y competían con los paraguas al revés por un caramelo. Recuerdo anécdotas: Un niñito me preguntó: Baltasar, ¿Por qué llevas gafas? ¿Es que son mágicas? Una abuela besó mis manos creyendo que era de verdad Baltasar y me pidió caramelos para su nietecito enfermo. Allá, en la Plaza Vieja, desde el balcón del Ayuntamiento, dirigiéndome a los niños, les decía algo así: Buenas noches, queridos niños ¿Quién soy yo?... Este año, veis que llevo puestas mis gafas mágicas para ver como sois de verdad por dentro y , aunque hayáis hecho cosas malas, yo sé que vuestro corazón sigue limpio y puro, como lo habéis demostrado ayudando a otros amiguitos vuestros que no tienen la suerte de vivir tan bien como vosotros. Me gustaría que os lo pasaseis muy bien con los juguetes que os traemos, pero que compartáis con los demás.
Ahí veo a Javi, a muchas Mª del Mar, a Marisa, Noelia, Belén , Pepito, Inma, Elena, Mª Angeles, Isa…y también veo a muchos que antes fueron niños y de ellos también se acuerdan los Reyes Magos. Bueno, almerienses, esta noche os visitaré, junto a Melchor y Gaspar, en vuestras casas y, por eso, os pido que durmáis pronto y no os pongáis nerviosos si tardamos por el frío y el tráfico de Almería.! Os queremos!, !un beso muy fuerte!
Después de esta noche de sueños e ilusión, “los Reyes existen”, porque si ellos no existen nosotros existimos un poco menos, porque vivir desarraigado de la magia es vivir en un desierto espiritual, es, de un modo u otro, dejar de ser. La magia vuela en un trineo, se contagia y trae consigo un regalo: la felicidad. Permitamos que entre esta madrugada a nuestras casas y despertemos con la voluntad de ser más felices y de fortalecer nuestro espíritu. Este es el camino para dibujar un mundo mejor y para embellecer la vida. Los Reyes Magos ahí están, regalando felicidad cada 6 de Enero: Gracias Melchor, Gaspar y Baltasar, ¡volved siempre! y no olvidéis que los humanos también sabemos hacer magia sólo que necesitamos el impulso de esos polvitos con los que aprendemos a saborear la vida.
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