Regreso de Celia Viñas a Almería

La profesora fue capaz de introducir nuevas corrientes pedagógicas que renovaron la educación

Pedro Mena Enciso
23:56 • 19 ene. 2015

El pasado mes de Noviembre, nuestro ya consagrado escritor, Pedro Asensio presentaba una nueva novela: “Los años de la señorita Celia”. Pues bien, Almería en el Tiempo no puede pasar por alto este evento para unirnos a todas las personas que recuerdan y/o reconocen la profunda huella dejada en la ciudad por tan admirada y querida mujer. Esta insigne profesora y escritora, por sí sola, marcó todo un hito porque transformó la cultura y la educación de su época. Aunque había nacido en Lérida, el 16 de Junio de 1915, y estudió en Barcelona, la podemos considerar almeriense por los cuatro costados. Llegó al único Instituto que había entonces en la ciudad, en 1943, tras haber aprobado las oposiciones a Cátedra de Lengua y Literatura con el número 1. Duros momentos en todo el país para sobrevivir, aunque la joven profesora fue capaz de hacer una verdadera revolución hasta incluso introducir las nuevas corrientes pedagógicas que renovaron la educación, haciéndola más participativa y más humana. Esta mujer ponía ilusión, pasión, fiebre creativa, autenticidad, afición y estímulo por la lectura hasta llegar a convertirse en un foco de referencia para los que nos dedicamos a la noble tarea de formar personas. Además de ser valiente como docente supo reafirmar su condición femenina en unos tiempos de silencio y cerrazón mental. Celia luchó también por transformar una ciudad, como la nuestra, tan atrasada y abandonada. Por ello, utilizando como arma el aula, fue capaz de contagiar a muchos almerienses y, aunque apenas había recursos, tuvo la inteligencia de dinamizar la vida educativa, cultural y social de Almería. Para esta gran “Misión” tuvo la “Visión” de contar con los jóvenes que participaron en los teatros, plazas, radio, prensa, actos culturales, conciertos, conferencias, recitales poéticos, exposiciones y excursiones, como la que llevó a Cabo al Faro de Cabo de Gata en bicicleta con un buen grupo de alumnos. Mucho para la época, porque incluso la Biblioteca Villaespesa se llenó de lectores por primera vez. Celia Viñas preconizaba esas nuevas ideas basadas en sacar del educando lo mejor de sí mismo, irradiándolo e involucrándolo con su entusiasmo y su ejemplo.


No podemos finalizar sin dar las gracias a Pedro Asensio por su excelente análisis de aquella Almería de los años cuarenta ya que como el mismo nos comenta en su Blog: “A lo largo de las 292 páginas de la obra, el lector acompañará a Celia en sus pasos por una ciudad de aire colonial con unas avenidas preciosas, en la que todavía no se había producido el desastre de los 60.” En 2015 celebramos el centenario del nacimiento de Celia, una mujer que siempre formará parte de nuestra memoria colectiva.







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