La verdadera oportunidad perdida

El candidato socialista a la Alcaldía, Juan Carlos Pérez Navas, dice que el actual equipo de Gobierno Municipal se ha limitado a hacer por Almería “cosas normalicas” (sic.) y que será recordado en el futuro como “el de las oportunidades perdidas”. Estamos en precampaña y nada hay que objetar a que desde la oposición se destaquen los errores y hasta que se describa la labor del gobierno municipal con la misma pesadumbre y aflicción que produce en el ánimo la discografía completa de Leonard Cohen. No voy a entrar en eso. Tampoco en el uso coloquial del concepto de “normalidad” que tenga el candidato socialista. Recuerdo que hubo un delegado de la Junta de Andalucía en Almería, también del PSOE, que, al ser preguntado en rueda de prensa por la aparición de un cadáver en el edificio abandonado del 18 de Julio, lo consideró como algo normal. Lo que sí quiero señalar, siempre desde el ánimo constructivo, es que acudir al recurso melancólico de “las oportunidades perdidas” sólo resulta efectivo cuando el que así se expresa puede ser considerado como garantía de que, de haber mediado él en esa circunstancia o haber estado él a cargo del asunto, la calamidad no se habría producido finalmente. Pero claro, el que se lamenta por las ocasiones desperdiciadas y los éxitos no alcanzados es Juan Carlos Pérez Navas, el mismo que (la memoria y la hemeroteca son fulminantes) cuando fue teniente de alcalde del Ayuntamiento de Almería con el PSOE (1999-2003) fue incapaz de afrontar con éxito la obra del parking de Obispo Orberá. Ya recuerdan. Por cierto que, hablando de pérdidas, el arqueólogo que trabajaba en la obra murió sin cobrar sus honorarios, lo cual refleja (además de la imagen imborrable del hoyo/sima) el modo en que hacían las cosas los que ahora parecen tener todas las soluciones. En todo caso, y dejando que cada cual diga lo que estime oportuno acerca de lo que considere, tal vez habría que pensar que, a veces, la verdadera oportunidad perdida es la de callarse.