Ciudadanos y sus candidatos reciclados

El sabio refranero popular dice que ‘aunque la mona se vista de seda, mona se queda’, adagio perfectamente aplicable al partido Ciudadanos y a sus candidatos reciclados. Empecemos por el principio, concretamente por el artículo número uno del ideario de Ciudadanos, que dice literalmente que se nutren “del liberalismo progresista y del socialismo democrático”. Tras esta declaración de principios doy por hecho que sus candidatos comulgan con esta ideología, aunque lo que no me queda muy claro es cómo su coordinador en Almería y candidato a la Alcaldía, Miguel Cazorla, ha pasado en pocos años del liberalismo conservador que defendía GIAL, bajo cuyas siglas fue concejal, a este nuevo credo.

Admito que un cambio de rumbo en las ideas políticas, aunque es extraño, se podría comprender. Lo que ya es más complicado asimilar es que hace tan sólo cuatro años Cazorla concurriera a unas primarias en GIAL porque aspiraba a convertirse en concejal del Partido Popular en el proceso de integración y se quedó a las puertas porque no contó con el apoyo de sus propios compañeros.

Yo pediría a los representantes de Ciudadanos que nos aclaren si son conservadores, progresistas, de centro o mediopensionistas. Más que nada porque en la actualidad se autodenominan “la alternativa sensata” y aseguran que buscan un cambio apostando por aire fresco. Tal vez el líder nacional de esta formación política debería poner orden en sus filas porque se están llenando de candidatos reciclados de otros partidos buscando cobijo en la política. 

Son muchísimas las candidaturas que están encabezadas con personas con un amplio recorrido en el mundo de la política, como, por ejemplo, Juan Marín, que fue candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Junta y que ha pasado por el Partido Andalucista y por Independientes de Sanlúcar de Barrameda antes de formar parte de Ciudadanos, con los que, por cierto, gobierna en coalición con el PSOE.

Lejos de ofrecer savia nueva, que es lo que pregonan a los cuatro vientos, Ciudadanos quiere dar gato por liebre a los ciudadanos (con minúscula), con candidatos manidos, muy trillados y absolutamente bizcochables.