Si se empeñan, arruinarán  al Ayuntamiento

Ser Alcalde de Almería es, antes que nada, un ejercicio de lealtad permanente con los almerienses. La responsabilidad del cargo me obliga a mantener una gestión prudente que no comprometa el presente y el futuro de Almería y que permita hacer del Ayuntamiento una administración eficaz, solvente y capaz de ofrecer las garantías necesarias para sentar las bases de un progreso, de un crecimiento y de un desarrollo sostenible para la capital. Esa ha sido la línea de gestión que ha mantenido el Partido Popular desde 2003, cuando los votos de los almerienses encomendaron a nuestro partido la tarea de devolver al Ayuntamiento al camino de la seriedad, del rigor y de la eficacia del que se había alejado peligrosamente después de un mandato desastroso de la coalición PSOE-IU. Los frutos de nuestra buena gestión son visibles a día de hoy por todos los almerienses y reconocidos por los mercados financieros. Recordemos que una administración tan poco vinculada al Partido Popular como el último gobierno del socialista Rodríguez Zapatero hubo de admitir que el de Almería era el sexto ayuntamiento mejor financiado de toda España. Del mismo modo acaba de hacerse pública una estadística que señala al Ayuntamiento de Almería como el menos endeudado de todas las capitales de provincia de Andalucía, con 98 millones de euros frente a los 638 de Málaga. Y todos esos datos de buena salud financiera tienen una traducción directísima en la vida cotidiana de la ciudad: el Ayuntamiento de Almería paga puntualmente a sus trabajadores, a sus proveedores y tiene solvencia suficiente ante los bancos y las empresas, cosa que antes no pasaba. 

Pues bien, esa línea de sensatez y rigor no puede ponerse en peligro por veleidades partidistas o proyectos de riesgo cierto. Si entramos en la deriva posibilista que plantean, de modo a mi juicio irresponsable, los partidos de la oposición a petición del grupo Ciudadanos, asumiendo por ejemplo el coste de obras que corresponden a la Junta de Andalucía como la Casa del Mar, estaremos dinamitando los cimientos de la estabilidad económica de un Ayuntamiento que, hasta ahora, ha sabido y podido estar a la altura de sus responsabilidades. El Ayuntamiento no puede seguir financiando a una administración, la Junta de Andalucía, que ya nos debe más de diez millones de euros. Si los grupos de la oposición creen que la imprudencia, la ocurrencia y la falta de previsión son los ejes de actuación que el Ayuntamiento de Almería necesita, no tienen más que unir sus votos y gobernar la certificación de semejante despropósito. Si se empeñan podrán arruinar al Ayuntamiento, pero será sin la colaboración del Partido Popular.