Con que genocidio, ¿eh

Kayros
01:00 • 30 oct. 2015
El Día de la Virgen del Pilar, fiesta de la Hispanidad, volvieron a repetirse entre nosotros todos los conocidos tópicos sobre la obra civilizadora de España en América. De donde menos se esperaba, una izquierda inculta y populista que acababa de llegar a los ayuntamientos, sacó aquello del genocidio como prueba para invalidar la celebración. Analizar el pasado con argumentos del presente pone peor las cosas. La leyenda negra comienza con la crítica de de Fray Bartolomé de las Casas, “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”, un autor a quien Menéndez Pidal concede escasa objetividad. Para este dominico, la conquista estuvo plagada de abusos y crueldades por parte de encomenderos corruptos . No se puede negar que a algunos de los que se hacían a la mar para las Indias les movia la codicia. El mismo Colón fondeaba las naves en cualquier bahía desconocida y lo primero que preguntaba era dónde estaban las minas de oro. Pero esto no puede borrar la gran epopeya española del Descubrimiento y menos aún su gran obra civilizadora. La Reina católica tiene buen cuidado de dejar pruebas para tratar con amor a los indios. Y sin salirnos de la colaboración Iglesia/ Estado la obra cristianizadora de las órdenes religiossas es sencillamente titánica, Recordemos al mallorquin Junípero Serra quien está a punto de ser santo. Este hombre recorrió lo que hoy se conoce como Norteamérica en misión evangélica. Se cuenta que allí donde colgaba la campana para reunir a los indios con objeto de que viniera a a oír la palabra de Dios, hoy es una gran ciudad que lleva el nombre de algún santo de la orden franciscana: San Francisco, Los Angeles, etc. Parejamente es muy justo que se difunda al mundo la obra educativa de los jesuitas con sus célebres “reducciones”, una nueva experiencia de “colonización “ religiosa entre los siglos XVII y XVIII. Estos centros de población india dependían de la Corona de España pero eran autónomos. Respecto a la economía eran de régimen comunitario. Los religiosos les enseñaban no solo a leer y a escribir sino también otras técnicas para organizar su vida.¿ Cómo a esta amorosa transculturación podríamos llamarla genocidio?






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