Nueve meses de prisión por robar preservativos en una farmacia

Juan Torrijos
01:00 • 14 nov. 2015

S e nos dice que en torno a quinientos euros es el valor de los “condones” sustraídos por el caballero en cuestión en El Ejido. Lo que no se nos dice es si el hombre cometió el robo por necesidad. Ya saben ustedes, necesidad de “echar un caete”, más bien un mogollón, y hacerlo con seguridad. No está la vida para cargarse de hijos, en eso estarán ustedes de acuerdo. Antes los hijos venían con un pan debajo del brazo, ahora lo hacen con un político a cuestas y nos salen muy caros los políticos, no los hijos. ¿Qué les vienen enseñando las políticas de los gobiernos a nuestros jóvenes?: Que hay que hacer el amor, sí señor; cuanto más mejor; hay que “echar un caete” vamos, pero eso sí, hacerlo seguro, con todas las de la ley, no tener que ir a la mañana siguiente a por la dichosa píldora del día después y para ello lo mejor es usar una protección, una goma, un vulgar “condón”. También llamado preservativo, que dicho así queda bastante más fino. No vean ustedes la vergüenza que nos daba en nuestra época ir a la farmacia a por el “globito de marras”. Menos mal que un carrillo al lado del kiosco Amalia nos solucionaba el problema. 
Si por robar unas cajas de “condones” en una farmacia ejidense un hombre es condenado a nueve meses de cárcel, nueve, cuantos años y años y años, vidas enteras diría uno, tienen que estar en la trena todos esos políticos que roban el dinero a manos llenas, que lo roban, lo roban, lo roban. 500 euros en condones nueve meses de cárcel, tampoco dan para muchos los quinientos euros. Miles de millones de euros ha afanado la familia del muy honorable, hoy no tanto, reconocidos por el patriarca de la panda Pujol y ni uno ha sido aún detenido. No sé lo que piensan , pero a mí no me parece justo. No digo que los jueces están mediatizados por los políticos, la del pañuelo en los ojos me libre. Se ha anunciado el juicio sobre los cheques de Medio Ambiente. Esperaremos la sentencia, la compararemos con la de los “condones” y a ver a cómo nos sale el “preservativo encarcelado”. O el caso Poniente, con un agujero de más de 200 millones. Con 200 millones se compran “condones” a mogollón de todos los “colores” y de todos los “sabores”. En nuestros tiempos ni colores ni sabores. ¡Qué atraso teníamos entonces!


 







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