Cada individuo experimenta el mundo que lo rodea de una forma única, influido por su propia construcción social y percepciones personales. No obstante, para las personas que viven con el Trastorno del Espectro Autista (TEA), la expresión de su mundo se ve moldeada por desafíos en la comunicación y habilidades sociales, lo que da lugar a una variabilidad notable en la forma en que se relacionan con su entorno y con quienes los rodean.
La Dra. Rafaela Caballero Andaluz, profesora titular de Psiquiatría en la Universidad de Sevilla y responsable del Grupo Andaluz de Investigación en Psiquiatría Infanto-Juvenil, en una entrevista con La Voz de Almería, tras su participación en las jornadas 'Ciclo Vital de la Persona TEA', ofrece una visión esclarecedora del comportamiento de las personas con TEA en el contexto de su etapa de escolarización a tenor del pasado suceso ocurrido en Jerez de la Frontera (Cádiz).
Recreos inclusivos y la importancia del grupo protector
Cuando se le preguntó acerca de los protocolos de inclusión para estudiantes TEA en las escuelas, la Dra. Rafaela Caballero compartió detalles sobre la iniciativa conocida como ‘Recreos Inclusivos’. Estos recreos se distinguen por contar con la presencia de personas contratadas, ya sea por los padres o por la institución educativa, cuyo propósito es inventar juegos que faciliten la participación de otros alumnos a fin de guiar a los niños TEA en sus juegos y fomentar la interacción con sus compañeros.
En el análisis de la Dra. Caballero, se destaca que los niños con Trastorno del Espectro Autista optan por compartir su condición con sus compañeros de clase. “En muchos casos, estos niños desean establecer una conexión genuina con sus profesores y compañeros, y la timidez no supone una barrera significativa”. A partir de este momento, un grupo de compañeros de clase comprende, apoya y acompaña al niño con TEA a lo largo de sus primeros años escolares. Este grupo crea fuertes nexos de unión, hasta el punto que el niño autista, registra en su lista personal el nombre de sus compañeros, convirtiéndolos en sus mejores amigos y grupo protector. “En ocasiones, sus amigos pueden protegerlo en exceso, y el niño con TEA se siente tan cómodo que puede disminuir su nivel de esfuerzo”, explicaba entre risas la psiquiatra sevillana.
Percibir el acoso como un juego o broma
La Organización Mundial de la Salud (OMS) identificó en España durante el período entre enero de 2021 y la misma fecha de 2022 más de 11.200 casos graves de acoso en escuelas. Los alumnos TEA también son blanco del ‘bullying’, pero existe una diferencia sustancial respecto al resto de sus compañeros a la hora de vivir este maltrato. Rafaela Caballero explica que los estudiantes TEA no entienden que estén sufriendo acoso, sino que lo perciben como parte del juego con sus pares. Una rutina que mantienen hasta que descubren que están siendo objeto de acoso. “Estamos hablando de acoso no agresivo”, matiza la profesora. Este tipo de ‘bullying’ llega a conocimiento de los padres cuando el menor lo revela en casa. “Esta situación es bastante sufrida por los padres”.
Rafaela Caballero hace una distinción sobre el acoso dentro del sistema escolar. Para ella, la secundaria, es un punto de inflexión donde se encontrarían los casos de ‘bullying’ excesivo hacia el colectivo TEA. Esta situación crea en el menor, “que sufren sin decir nada”, altísimos niveles de ansiedad. Caballero explica que estos estados pueden devenir en cuadros depresivos, e incluso verse a abocados a acciones suicidas. “Un niño TEA no suele ser agresivo y es muy raro que agredan a sus compañeros”, comenta la psiquiatra sevillana, explicando que cuando se producen explosiones de ira en el menor, precipitada por su desesperación, “la mayoría de veces vuelcan esa frustración contra ellos mismos, y en su ambiente familiar”.
Un mal enfoque fuera de contexto
Al ser preguntada sobre el posible riesgo de asociación de la palabra ‘violencia’ con el Trastorno del Espectro Autista, la profesora Rafaela Caballero fue clara en sus términos “no creo que nadie pueda asociar el mundo autista con la agresividad o la violencia. Creo que lo de Jerez es algo que ha aparecido puntualmente, que se le ha dado un valor fuera de contexto y ha sido mal enfocado por los medios de comunicación”.
Respecto al acoso, el rol que juegan los compañeros del alumno TEA es fundamental. La psiquiatra hispalense sostiene que es importante que los demás estudiantes entiendan la situación y lo ayuden, pero si éstos no quieren relacionarse con el niño TEA, no es problema, “que no lo hagan, pero que por lo menos sean capaces de darse cuenta de las situaciones de acoso, para ayudarle a que ese mundo social no sea tan negativo para ellos”.
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